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La flotilla de la libertad es detenida ilegalmente por Israel en aguas internacionales. ¿Motivo? Los palestinos no tienen derecho a comer. Ya no tienen derecho al agua, a la atención médica, a dormir sin estar dispuestos a morir durante la noche, a vivir en un lugar sin saber por cuántas horas o días antes de que lleguen las órdenes de evacuación o los asesinos uniformados, pues Israel ha decretado que los palestinos no tienen derecho a la vida y punto. Quien sea que cuestione ese decreto y pretenda ayudar a que vivan los marcados para la Solución Final, son sus enemigos. Y esto ya no es una barbarie, no. Es lo siguiente. Y aunque cada muerto palestino es uno de nuestros muertos, ay, no doblan por ellos las campanas de las iglesias y ermitas del mundo. ¿Por qué callan las campanas?
El invasor sionista llamado Israel no es judío, por supuesto. Eso dicen los rabinos honrados, que los hay, aunque se les tenga calladitos en la prensa
¿Por qué callan las campanas del mundo? ¿Deberían callar? ¿O acaso no merecen nuestros hermanos palestinos que doblen por ellos y por muchos otros que mueren a diario en otras tierras y en manos de soldados de no importa qué uniforme?
Palestina es un país muy antiguo, con viejas tradiciones culturales que les permitían vivir en paz hasta que llegaron los colonizadores europeos armados con fusiles y con leyes de la ONU; un ejército colonizador protegido por EEUU, Inglaterra, y Alemania en especial, porque quería- dicen lavar su culpa con los judíos. El invasor sionista llamado Israel no es judío, por supuesto. Eso dicen los rabinos honrados, que los hay. Y eso dicen los judíos honrados del mundo que son muchos, aunque se les tenga calladitos en la prensa. Israel es otra cosa: un ente artificial colonialista y sanguinario devorador de territorios palestinos para construir esa base militar-industrial llamada Estado de Israel con desalojos forzosos de viviendas y tierras de sus moradores ilegal e ilegítimamente, y su progresivo exterminio-ya diario y por horas- tal como contemplamos horrorizados en nuestros días. Pero, cosa extraña: nunca doblan a muerto las campanas de las iglesias y catedrales. Ni siquiera las del Vaticano. Cosa extraña, sí.
Volvamos al relato.
Madleen —un antiguo pesquero reconvertido en barco de ayuda humanitaria— formaba parte de la Flotilla de la Libertad, una coalición internacional que intenta romper el bloqueo marítimo sobre Gaza desde 2010. El 9 de junio, comandos israelíes abordaron la nave en aguas… pic.twitter.com/0h40MxiFUU
— TRT Español (@trt_espanol) June 9, 2025
Israel no es un país; el país es Palestina con sus límites geográficos históricos, sus gentes, sus bienes y su cultura de siempre, y con su derecho a la vida intacto, mientras Israel, por más que sea considerado oficialmente un territorio con su propio Estado al que se considera una democracia sin ningún pudor, no es sino este complejo militar y económico colonialista, invasor y criminal al que se le ha concedido el nombre de Estado para que exista una cuña occidental instalada en el corazón del mundo árabe y controlar así sus enormes recursos petrolíferos intactos y su privilegiada posición geoestratégica entre Europa y Asia.
Israel no es un país; el país es Palestina con sus límites geográficos históricos, sus gentes, sus bienes y su cultura de siempre
Un pulmón sano puede ser invadido por células cancerosas y hacer enfermar todo el pulmón, pero por mucha parte del pulmón que afecten y aunque se apoderen al completo de ese órgano, este siempre es un pulmón y nunca podrá ser cambiado su nombre por “cáncer”. ¿Me siguen? Palestina era Palestina antes de 1948 y 77 años después es Palestina. Israel, en cambio, es un cáncer inoculado en ese país, y siempre será un cáncer implantado artificialmente y siempre será dañino mientras la conciencia de la humanidad no cure para poderlo curar.
Así que Israel no tiene razón de ser alguna y no debería existir si el mundo estuviera en manos de gobiernos honrados en lugar de estarlo en manos de traficantes de armas, colonialistas contumaces y genocidas con muchos antecedentes históricos y con la suficiente hipocresía como para hacernos creer que protegiendo a esta banda de psicópatas armados por el Occidente donde nunca suenan las campanas, puedan sonar sus aviones y sus bombas sobre los cuerpos palestinos. En pocas palabras: lo semejante atrae a lo semejante, y hasta lo crea a su propia medida.
Dirigidos por un criminal de guerra perseguido por el Tribunal Penal Internacional, los soldados ingenuos y amaestrados por la élite militar de esta banda criminal de nazis de última generación, creen en su derecho a expulsar de sus casas y de sus vidas a todo palestino que exista o que los mire a los ojos, pues les matan creyendo defender un supuesto judaísmo que precisa limpiar palestina de sub-humanos oscuros cuyas vidas importan menos que las mascotas de los colonos. Y esto recuerda las Cruzadas. Tampoco entonces doblaban las campanas por los infieles, naturalmente.
El invasor sionista no es judío y está puesto ahí por la voluntad del resto de los colonialistas mundiales, que es lo que explica su inacción ante este horror cotidiano
Los gobiernos de EEUU y Europa, les apoyan y arremeten contra quienes se manifiestan en campus y calles contra los genocidas sionistas. Y se comprende, porque son carne de su carne, pero el público mal informado y manipulado por los medios necesita saber que estos invasores ni son judíos ni pretenden reparar holocaustos ni son demócratas, ni siquiera humanos con conciencia humana que solo pretenden adueñarse de Palestina, con Gaza, Cisjordania y todos los demás espacios que aún no hayan sido okupados, expulsar y asesinar a sus moradores día a día y muerto a muerto. Están creando un nuevo holocausto, y en esta ocasión tienen- cómo no- todo el apoyo de los gobiernos del mundo, salvo mínimas y honrosas excepciones. Ahora bien: no se puede decir lo mismo de los pueblos, que aún no han perdido la dignidad que perdieron sus gobiernos y protestamos una y otra vez contra esta barbarie criminal.
Es necesario insistir una y otra vez en esta idea de que el invasor sionista no es judío y está puesto ahí por la voluntad del resto de los colonialistas mundiales, que es lo que explica su inacción ante este horror cotidiano. Porque el colonialismo siempre quiere decir lo mismo: invasión, saqueo, apropiación territorial y muerte. Esta es la filosofía universal y simple del capitalismo, no importa con qué máscara se quiera presentar: neoliberal, democrática, fascista, social esto y lo otro, religiosa, nacionalista, o defensora de los derechos humanos si eso le conviene. El capitalismo es una raíz podrida del género humano y todo cuanto crece desde ella da frutos sucios y venenosos y el más actual y ultra venenoso de los conocidos hoy se llama Estado de Israel. Sus víctimas ya son difíciles de contar, pero las campanas del occidente con su máscara cristiana siguen sin sonar. Así que desde aquí propongo al último Papa que manifieste su ardor cristiano y ordene a sus cardenales, obispos, curas y sacristanes que doblen cada día las campanas por Palestina a la hora del Ángelus, que le parecerá significativa. Y que alguien le haga llegar este mensaje.
Gracias por el milagro, si acaso.