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Descubre la fascinante historia del imperio africano que transformó el comercio y la cultura
Fue un Estado medieval de los mandenká que se desarrolló entre los años 1235 al año 1546. Era un pueblo cuyo núcleo central fue la región de Mandén, entre las actuales ciudades de Bamako que es la capital de Malí y la ciudad de Siguiri en Guinea, en el África occidental.
El imperio fue fundado por Sundiata Keita que era conocido por su generosidad. Este reino destaca por la riqueza de sus gobernantes, en especial Mansa, Kanhan Musa I.
El Imperio de Mali tuvo una profunda influencia en la cultura de toda la zona del África Occidental, permitiendo la difusión de su lengua, leyes y costumbres a lo largo del río Níger.
El imperio de Mali creció alrededor de un área llamada Mandén por sus habitantes, los mandenká que significa literalmente la gente de Mandén, abarcaba la mayoría del actual norte de Guinea y Malí meridional.
El imperio fue establecido originalmente como una federación que las tribus mandenkás llamaron el Manden Kurufa que significa la federación de Mandén, pero se convirtió más adelante en un imperio que gobernaba a unos 50 millones de personas.

- Mali preimperial
- El príncipe León
- Batalla de Kirina
- Manden Kurufa
- Emperadores de Mali
- Su economía
- El oro
- La sal
- Artesanía de madera
- El cobre
- El ejército
- Los gobiernos del Imperio Malí
- Organización
- Mali Post Imperial
- La cultura del Imperio de Malí
Mali preimperial
Abarca un período histórico que va, aproximadamente, desde comienzos del siglo X hasta mediados del siglo XIII. Su ámbito de influencia geográfico se encuentra en los actuales Mali, Mauritania y Senegal.
Hay muy poca documentación escrita y además es fragmentarias de esta época del Mali pre imperial. La fuente más antigua proviene del relato sobre el Sudán Occidental de Al-Bakri, escrito en el año 1068.
En este relato hace mención a dos países, Daw y Malal, ubicados cerca del río Níger y próximos a las minas de oro, zona que muy posiblemente sería también el núcleo del posterior Imperio de Mali.
Al-Bakri procede a describir el modo en que el gobernante sin nombre del reino se convirtió al islam gracias a un comerciante cuando presenció una milagrosa tormenta de lluvia que dio por terminada una sequía.
Este evento ocurrió al menos una generación antes de 1068, dado que Al-Bakri afirma que los descendientes del gobernante y sus nobles mantuvieron el islam, aun cuando la gente común no fue convertida.
Durante el apogeo del rey Wagadu, el país mandinka se convirtió en una de sus provincias, a la que daba nombre su capital, Ka-ba o Kangaba, y desde ella sus reyes gobernaban en nombre de Ghana.
El control de Wagadu sobre Manden acabó tras catorce años de guerra con los almorávides, fanáticos musulmanes bereberes originarios del norte de África. El general almorávide Abu Bakr conquistó e incendió, en el año 1076, Kumbi Saleh, que era la capital de Wagadu, acabando así con su dominio sobre la zona.
Sin embargo, los almorávides no pudieron sostener sus conquistas, que fueron retomadas rápidamente por los soninké. La provincia de Kangaba, liberada de la influencia tanto de soninkés como de los bereberes, se dividió en doce reinos, cada uno gobernado por un rey al que se le conocía como fama o un príncipe llamado maghan.
Aproximadamente en el año 1107, el reino de Kaniaga, hasta entonces vasallo de los sosso de Wagadu, comenzó a conquistar las tierras de sus viejos amos. Antes del año 1180, había subyugado a Wagadu y forzado a los soninké a pagar un tributo.
El rey Sosso Soumaoro, del clan de Kanté, alcanzó el poder en el año 1203 y aterrorizó Manden, robando mujeres y mercancías de Dodougou y de Kri.

El príncipe León
Durante la recuperación de Kaniaga, en Niani nació Sundiata que pertenecía al clan de Keita en el año 1217. Era hijo del fama de Niani, Nare F y de su segunda esposa, Sogolon Kédjou, originaria de la tierra de Do, al sur de Mali.
El niño recibió el nombre de su madre, Sogolon y el apellido de su padre, Djata. Combinado en la forma rápida de hablar de la lengua madinka, los nombres formaron Sondjata o Sundjata.
Se había profetizado que el maghan Sundiata iba a ser un gran guerrero. Sin embargo, este príncipe no tuvo un comienzo prometedor. Sundiata Keita, según las tradiciones orales, no caminó hasta los siete años.
Sin embargo, una vez que Sundiata aprendió a andar, creció fuerte y muy respetado. A pesar de los deseos del faama de Niani de respetar la profecía y poner a Sundiata en el trono, coronaron en su lugar al hijo de la esposa principal, Sassouma Bérété.
Tan pronto como el hijo de Sassouma, Dankaran Touman, tomó el trono, él y su madre forzaron al cada vez más popular Sundiata al exilio junto con su madre y dos hermanas.
Tras muchos años en el exilio, primero en la corte de Wagadu y luego en Mema, una delegación de Niani acudió a Sundiata para que combatiera a los sosso y liberará los reinos de Manden para siempre.
Batalla de Kirina
Regresando con los ejércitos combinados de Mema, de Wagadu y de todas las ciudades-estados rebeldes mandinkas, Maghan Sundiata dirigió una rebelión contra el reino de Kaniaga alrededor del año 1234.
Las fuerzas combinadas del norte y sur de Manden derrotaron al ejército sosso en la batalla de Kirina en el año 1235. Esta victoria dio lugar al fin del reino de Kaniaga y al ascenso como imperio de Mali.
Después de la victoria, el rey Soumaoro huyó, refugiándose en las montañas Koulikoro, y los mandinka tomaron todas las ciudades. Maghan Sundiata se declaró “faama de faamas” y recibió el título de “mansa”, que equivale a emperador.
A la edad de dieciocho años, consiguió una gran autoridad sobre los doce reinos en una alianza conocida como el Manden Kurufa, y se ganó el sobrenombre de Mari Djata, “Príncipe León”.
Manden Kurufa
El imperio de Mali fue el segundo de los estados forjados en el Sahel, caracterizado por una centralización del poder muy fuerte.
Sin embargo, el imperio de Ghana tenía una cohesión muy débil, basada solo en los decretos de su emperador. El imperio de Mali emergía como el primero de los estados federados del oeste de África, con leyes que uniformaban un área del tamaño de la actual Europa occidental.
Esta tendencia a la centralización sería adoptada y desarrollada después por los songhai y los pueblos que les siguieron, los bamana, wolof de Senegal y los fulani durante la decadencia de Mali.
Mari Djata I
Sundiata emprendió la conquista y anexión de varias localidades en el imperio de Mali. Cuando acabó la campaña, su imperio medía 1.000 millas de este a oeste, y sus fronteras eran las curvas de los ríos Senegal y Níger.
Después de unificar Manden, agregó Wandara, las tierras que formaban la frontera meridional. Las ciudades comerciales norteñas de Ualata y Audaghost también fueron conquistadas y se convirtieron en parte de la frontera norte del nuevo estado. Wagadou y Mema también entraron en el reino.
Cuando Mari Djata I muere, al ahogarse en el Sankarani o herido por una flecha pérdida en una celebración, pues existen las dos versiones, tenía el ejército organizado y el control sobre las rutas del comercio del Sáhara.
Emperadores de Mali
Se conocen veintiún mansas después de Mari Djata I y probablemente haya dos o tres más. Los nombres de estos reyes nos han llegado a través de los djelis y los descendientes modernos de la dinastía de Keita, que residen en Kangaba.
Lo que separa a estos reyes del fundador, además del papel histórico de establecer el Estado, está en la transformación del Manden Kurufa en el Imperio de Manden.
No contentos con los territorios unificados por las victorias de Mari Djata I, estos mansas conquistarían y anexarían a los peul, wólof, serer, bamana, songhai, tuareg y otros pueblos en un imperio inmenso. Hay diversos periodos:
Linaje de Djata, 1250-1275
Los primeros tres sucesores de Mari Djata lucharon por su derecho de herencia. Este período de veinticinco años vivió rivalidades internas feroces que casi terminaron con el imperio.

La corte de 1275-1300
Después del caos de los reinados de Ouali y de Khalifa, gobernaron un cierto número de funcionarios de la corte con lazos con Mari Djata. Consiguieron la vuelta del imperio a la tolerancia, y lo instalaron en una edad de oro.
El linaje Kolonkan: 1300-1312
Del linaje de Kolonkan, la Gbara seleccionó en el año 1300 a Ko Mamadi como el mansa siguiente. Era el primero de una nueva línea de reyes que descendían directamente de la hermana de Mari Djata, Kolonkan.
Como estos dirigentes compartían la sangre de Maghan Kon Fatta, se consideran Keitas legítimos. Incluso Sakoura, al ser un esclavo de la familia de Djata, era considerado un Keita pues la línea de Bilal no podía estar rota.
Es durante el linaje de Kolonkan cuando las características que definen la edad de oro de Mali comienzan a aparecer. Manteniendo los progresos de Sakoura y de Abubakari I, los mansas Kolonkan dirigen firmemente Manden a su esplendor.
Linaje Laye 1312-1389
La abdicación temporal de Abubakari II en el año 1311, convertida en definitiva al no regresar, es la única registrada en la historia del Imperio y trajo consigo el advenimiento de un nuevo linaje descendiente de Faga Laye.
El hijo de Abubakari I Faga Laye nunca tomó el trono de Mali, y sin embargo, su descendencia trajo al séptimo mansa, Musa I, que reinó durante el apogeo de Mali, y a sus sucesores hasta el comienzo de la decadencia.
Linajes Oscuros: 1389-1545
Mali es gobernada por mansas de orígenes ignorados a partir del año 1389. Este es el período menos conocido en la historia imperial de Mali. Lo único evidente es que no hay un linaje constante que gobierne el imperio.
La otra característica de esta época es la pérdida gradual de las posesiones norteñas y orientales por el creciente fortalecimiento del imperio Songhai y el traslado del foco económico que suponía Mali por las rutas del comercio trans-sahariano, al comercio costero.
Su economía
La economía floreció bajo la estabilidad que ofrecía el nuevo emperador. La agricultura siguió siendo la primera actividad productiva, incorporándose el cultivo del algodón a los cereales, tubérculos y arroz de antaño. Además, era un gran productor de diversos cultivos como el sésamo, kola y nueces.
La paz favoreció un nuevo renacer del comercio, que volvió a relacionar los dos extremos, norte y sur, del Sáhara. Esta vez a través de Walata, la primera ciudad del sur que encontraban las caravanas después de atravesar el desierto.
El imperio prosperó debido sobre todo al comercio. Había tres grandes minas de oro en las fronteras con el imperio de Ghana, lo que le convertía en lugar de tránsito para el metal, y el imperio gravó cada onza de oro o de sal que cruzaban sus fronteras.
Al principio del siglo XIV, Mali era la fuente de la mitad del oro del Viejo Mundo, que era exportada de las minas de Bambuk, Boure y Galam. No había moneda propia en el reino, pero se usaban varios sistemas de pago.
Los mansas respetaron su tradición económica de mercados libres y libre comercio a pesar de que su imperio era el mayor productor de oro del mundo.
Lo que demuestra la escasa tolerancia del pueblo malinke a las restricciones del mercado y al gobierno tiránico. Esto demuestra además que el libre mercado y el libre comercio eran las normas en la región, como lo eran en gran parte de África hasta que se impusieron las fronteras coloniales y los sistemas estatistas.

El oro
Las pepitas de oro eran de exclusiva propiedad del mansa, y era ilegal negociar dentro de las fronteras con ellas. Todo el oro era entregado inmediatamente a la Hacienda imperial, que devolvía un valor equivalente en polvo de oro.
Este había sido pesado y empaquetado para su uso desde la época del Imperio de Ghana. Mali siguió con la práctica para impedir la inflación, debido a la importancia de este comercio en la región. La medida más común para el oro dentro del reino era el mithqal, que eran 4,5 gramos de oro.
Este término fue utilizado alternativamente con el dinar, aunque es dudoso que se acuñara moneda en el imperio. El polvo de oro fue utilizado en todo el territorio, pero no era valorado de igual forma en todas las regiones.
La sal
El otro gran producto para el intercambio en Mali era la sal. Era objeto de valor en el África subsahariana, casi tanto como el oro. Se cortaba en trozos y era usada para el pago de mercancías, con distinto valor adquisitivo en las distintas zonas del imperio.
Artesanía de madera
Mientras que equivalía al oro en el norte, su valor era mayor en el sur donde la gente la necesitaba para su dieta, pero era extremadamente escasa. La región norteña por otra parte no tenía ninguna escasez.
Los comerciantes tuaregs cada año entraban en Mali vía Ualata con sus caravanas de camellos cargados de sal para vender en Niani. Según los historiadores del período, la carga de un camello podía valer 10 dinares de oro en el norte y de 20 a 40 dinares en el sur.
El cobre
El cobre era también una materia valorada en el Mali imperial. Negociado en barras, era extraído en las minas de Takedda en el norte y cambiado en el sur por oro, 60 barras de cobre se cambiaban por 100 dinares de oro.
El ejército
El número y la frecuencia de las conquistas al final del siglo XIII y en el siglo XIV, indican que los mansas Kolonkan heredaron o desarrollaron un gran ejército.
Aunque no se ha acreditado que ningún mansa haya organizado la máquina de guerra mandinka, el imperio no habría podido convertirse en el que fue sin unas fuerzas armadas eficaces y leales a un gobierno estable.
El Imperio mantuvo un ejército profesional y a tiempo completo para defender sus fronteras. La nación entera estaba movilizada, con cada tribu obligada proporcionar un contingente de hombres en edad de luchar.
Los historiadores contemporáneos afirman que, tanto durante el ascenso como la decadencia del Imperio de Mali, su ejército constaba de 100.000 infantes y 10.000 jinetes. Con la ayuda de las tribus del río, este ejército podía ser desplegado a través del reino en un corto período.
El ejército estaba dividido en los ejércitos del Norte y del Sur. El ejército norteño, estaba bajo el mando de un Farin o comandante norteño, residente en la ciudad fronteriza de Soura.
El ejército meridional estaba bajo mando de un Sankar, que era un gobernador de la zona del río Sankarani, que residía en la ciudad de Zouma. El Farin-Soura y el Sankar-Zouma eran designados por el mansa y respondían solamente ante él.
Un soldado de infantería, sin importar el arma que usase tanto arco, lanza, etc., era llamado un sofa. Los sofas estaban organizados en unidades tribales dirigidas por sus jefes. La unidad más pequeña de sofas era mandada por el kun-tigui que era el amo de la tribu.
Los kun-tiguis reclutaban y dirigían en las batallas los contingentes de su tribu llamados al servicio por su señor. Un kun-tigui mandaba una unidad de infantería de diez o veinte hombres llamada kelé-kuluque, que significa grupo para la guerra. Un bolo kun-tigui era el oficial que mandaba sobre diez kelé-kulus compuesto por entre 100 a 200 infantes.
Las unidades de caballería estaban formadas por mandekalu, que eran caballeros y eran el elemento más importante del ejército. Entonces como hoy los caballos eran costosos y solamente los nobles los usaban en batalla.
Una unidad de la caballería mandinka estaba compuesta por 50 jinetes y mandada por un kelé-tigui o amo de la guerra.
Aparte de mandar, un kélé-tigui tenía dos o más bolo kun-tiguis obligados a seguirlo en el campo de batalla. El kelé-tigui, como su nombre apunta, era un militar de carrera y el siguiente en rango bajo el Farin o Sankar.
El sofá común iba armado con un gran escudo hecho de madera o cuero y una lanza llamada tamba. La mayoría de los sofás eran arqueros. La proporción era de tres arqueros por un lancero a mediados del siglo XVI.
Equipado de dos aljabas y un escudo, los arqueros mandinkas usaban flechas cuya punta de hierro y tenían púas inclinadas, generalmente envenenadas. También utilizaban flechas de fuego cuando sitiaban una plaza.
Mientras que las lanzas y los arcos eran el apoyo principal de los sofás, las espadas y las lanzas, de fabricación local o extranjera, eran las armas escogidas por el mandekalu.
Otra arma común de los guerreros mandekalu era una jabalina envenenada usada en las escaramuzas. La armadura de cota de malla, también fue usada por los jinetes del Mali imperial como defensa, así como escudos similares a los de los sofás.

Los gobiernos del Imperio Malí
Kurukan Fuga
Inmediatamente después de ser coronado mansa, Mari Djata instituyó una Constitución universal para el nuevo Estado, llamada “Kurukan Fuga”, que se traduce como División del Mundo. A las afueras de la ciudad de Kangaba, estableció el gobierno y la Gran Asamblea.
El Kurukan Fuga también propuso reformas sociales y económicas, incluyendo la prohibición del maltrato a presos y esclavos, el nombramiento de mujeres en puestos de gobierno, y la organización de un reglamento entre los clanes que indicaba claramente lo que se podía decir, cómo y cuándo.
En caso de cometer algún delito, el acusado era juzgado según su religión animista o islámica Sundiata había repartido tierras entre la población, lo que aseguraba que cada uno tenía un lugar en el imperio, y marcado precios fijos para los productos comunes.
Otro hecho crucial establecido por el Kouroukan Fouga era la supremacía de Manden sobre todos los reinos controlados o aliados a la federación incluyendo Wagadu y Mema.
Gbara
La Gbara o Gran Asamblea serviría como cuerpo deliberativo de los mandinka hasta el derrumbamiento del Manden Kurufa en el año 1645. Su primera reunión tras la aprobación del “Kurukan Fuga”, reunió delegados de veintinueve clanes presididos por un Belen-tigui o amo de la ceremonia.
La última reunión del Gbara, según las tradiciones del norte de Guinea, tenía treinta y dos delegados de veintiocho clanes.
Organización
El Manden Kurufa organizado por Mari Djata estaba compuesto por los tres estados libremente aliados de Mali, Mema y Wagadu más los doce reinos. Es importante recordar que Mali se refiere solo a la ciudad-estado de Niani.
Mema era una poderosa ciudad-estado situada en la curva del río Níger, cerca de Manden. Se alió al emperador Sundiata en su campaña contra Kaniaga, por lo que su faama conservó la corona y no tenía que postrarse ante el mansa, debido a que fue acogido en su corte a Sundiata durante su exilio.
Wagadu, otra tierra vecina de Manden, también fue autorizada a mantener su monarca y recibió las mismas ventajas que Mema y por las mismas razones.
Los doce reinos de Mali eran una coalición de territorios conquistados o aliados, sobre todo en el interior de Manden, con lealtad jurada a Sundiata y a sus descendientes.
Tras clavar sus lanzas en la tierra ante el trono de Sundiata, cada uno de los doce reyes dejó su reino a la dinastía de Keita, y se convirtieron en “farbas” que es una combinación de las palabras mandinka farin, título de los comandantes norteños, y ba que significa grande.
Estos farbas gobernarían sus viejos reinos en nombre del mansa, con casi la misma autoridad que tuvieron antes de unirse al Manden Kurufa.
El imperio conservó gran parte del sistema de gobierno establecido para el original Manden Kurufa, pero se realizaron cambios para satisfacer las necesidades de las tierras y pueblos adquiridos.
En la cumbre del gobierno estaba el Mansa, seguido por su visir. Los gobernadores de BaGhana y de Mema eran los siguientes en importancia y categoría.
El imperio de Mali cubrió un área mayor y durante más tiempo que cualquier otro Estado del oeste africano anterior o posterior. Lo que hizo esto posible fue la naturaleza descentralizada de la istración del Estado.

Según Ki-Zerbo, cuanto más alejado se estaba de Niani, más descentralizada estaba la autoridad de los mansa, pero mantenían el control de los impuestos y el poder nominal sobre todo el territorio, impidiendo rebeliones.
En el nivel local tanto en aldeas, pueblos o ciudades, los kun-tiguis elegían un dougou-tigui o amo de la aldea de un linaje que descendiera del fundador del lugar, manteniendo una apariencia de autonomía.
Los marabutos, eran los jefes religiosos, que tenían un gran ascendiente sobre la nobleza y los plebeyos, y que formaban un grupo aparte.
El cargo de gobernador de cada zona, kafo tigui o amo del condado, era elegido dentro de ella según sus propias costumbres por elección, herencia, etc.
Solamente al llegar a los cargos provinciales comenzaban las interferencias del poder central.
Los dyamani-tiguis, gobernadores de las provincias, tenían que ser aprobados por el mansa y estaban sujetos a su control. Si el mansa creía que el dyamani-tigui era incapaz o indigno de confianza, nombraba un farba para supervisar la provincia, o incluso para istrarla efectivamente.
Mali llegó al imperio por la vía de la conquista o la anexión. Durante la época de la conquista, los farins tomaban el control del área hasta que se pudiese encontrar un regente nativo.
Después de que la lealtad o por lo menos la capitulación de una zona estaba asegurada, se permitía a sus habitantes seleccionar su propio dyamani-tigui. Este proceso era esencial para mantener a los no mandingas leales a las élites de Manden que las gobernaron.
Salvo dificultades, el dyamani-tigui regía la provincia por sí mismo, recaudando impuestos y realizando la leva de ejércitos de las tribus bajo su mando, como delegado del mansa.
Sin embargo, los territorios que eran difíciles de gobernar o proclives a la rebelión, recibían como gobernador un farba. El farba era escogido por el mansa entre los farines, los de su familia o entre sus esclavos.
Los deberes del farba incluían informar sobre las actividades en el territorio, recaudar los impuestos y asegurar que la istración nativa no contrariara las órdenes de Niani. El farba tenía autoridad sobre la istración local para levantar un ejército en el área para la defensa o para la represión de rebeliones.
El cargo de farba era muy prestigioso, y sus descendientes podían heredarlo con la aprobación de los mansa. El rey podía también substituir un farba si escapaba al control. Como fue el caso que se produjo en Diafunu.
El imperio alcanzó su mayor extensión bajo los mansas de Sundiata Keita. Durante este período, Mali cubrió casi toda el área entre el desierto del Sáhara y los bosques costeros. Cubría desde las orillas del océano Atlántico hasta Niamey, que actualmente es Níger.
El imperio ocupaba aproximadamente 1.138.041km² antes del año 1350. El imperio también alcanzó el máximo de población durante el período de los Laye, que gobernaron entre 40 y 50 millones de personas en 400 ciudades, pueblos y aldeas de varias religiones y etnias. Se tardaba un año para atravesar el imperio de este a oeste, durante este período solamente el imperio mongol era más grande.
El aumento del tamaño del imperio exigió un cambio en la organización del Manden Kurufa de los tres estados y doce reinos. Este modelo fue desechado por Ibn Battuta en el año 1352, sustituyendo el viejo modelo por catorce provincias que cubrían todas las áreas leales al mansa.

Mali Post Imperial
No se sabe en qué fecha Mansa Mahmud III dejó de gobernar Mali, que ya antes del año 1560 estaba reducida al antiguo Manden Kurufa. Desde el año 1559 al año 1645, los mansas de Manden gobiernan Kurufa hacia la decadencia final.
Sin embargo, parece ser el último rey de un Manden unido. Se culpa a sus descendientes de la desintegración del Manden Kurufa en los reinos del norte, central y meridional.
Mansa Mahmud IV es el último gran emperador de Manden según Tarikh es-Soudan. Este relata que lanzó un ataque contra la ciudad de Jenne en el año 1591, aliado con los fulani que esperaban aprovecharse de la derrota de los songhai y de la anarquía que reinaba desde la derrota del Askia Issihak II.
Fusileros marroquíes, desplegados desde Tombuctú, los enfrentaron en una batalla que exponía Mali a las armas de fuego, que ya antes habían servido para destruir el imperio Songhai. A pesar de las grandes pérdidas, no cedieron y el ejército del mansa casi alcanzó el éxito.
Sin embargo, el ejército de Jenne intervino, enviando un ejército conducido por un renegado español, el pacha Djouder, y, aunque diezmados por el largo trayecto, la ventaja de sus armas de fuego les ayudó a derrotar a los mandinkas en Tondibi, el doce de abril del año 1591 y forzar a Mansa Mahmud IV y a su ejército a retirarse a Kangaba.
El sultán marroquí no mantenía ya los medios para sostener la colonia en el año 1618, y abandonó al cuerpo expedicionario.
Manden se ganó el respeto del sultán de Marruecos, y evitó que hiciera lo mismo que con el imperio de Songhai.
Sin embargo, se produjo la destrucción del Manden Kurufa, ya que la muerte de Mansa Mahmud IV llevó a un Manden dividido. El año de su muerte sirve como fecha apropiada para indicar la desaparición del estado unificado mandinka descendiente de Sundiata.
Tras su fallecimiento, sus tres hijos emprendieron la guerra entre sí y dividieron la tierra en tres esferas de influencia: Kangaba, la capital de hecho de Manden, se convirtió en la capital del norte.
La provincia de Joma, gobernada desde Siguiri, controló la región central, que abarcaba Niani. Hamana o Amana, al sudoeste de Joma, se convirtió en la región meridional con su capital en Kouroussa, lo que hoy es la Guinea moderna.
Cada rey utilizó el título de mansa, pero su autoridad se extendía solamente a su propia esfera de influencia. A pesar de esta desunión del reino, el Manden Kurufa sobrevivió hasta mediados del siglo XVII.
Los tres estados guerrearon entre sí tanto como contra los forasteros, pero las rivalidades generalmente se detenían para hacer frente a las invasiones. Esta tendencia continuaría en la época colonial.
Los bamanas de Jenne declararon en el año 1630, su versión de guerra santa en todas las posesiones musulmanas de lo que hoy en día es Mali. Resistieron los pashas marroquíes en Tombuctú y los mansas de Manden.
Los bamanas atacaron Manden en el año 1645, que mantenía ambos márgenes del Níger hasta Niani, reduciendo el imperio a su fachada occidental a lo largo del río Gambía. Esta campaña destrozó Manden y acabó con cualquier esperanza de los tres mansas que cooperaban para liberar su tierra.
El ejército francés avanzó desde Senegal en el año 1850 y ocupó el país, que pasó a formar parte de lo que se llamó África Occidental sa, hasta que en el año 1960 se independizó tomando el nombre de Confederación de Mali.

La cultura del Imperio de Malí
Kanku Musa ejerció además un mecenazgo sobre distintos artistas que encontró en su viaje de peregrinación, algunos de los cuales, como el granadino Es-saheli que transformo la arquitectura de la región, se los llevó a su país.
El imperio también era conocido por ser un centro de aprendizaje e intelectual. la ciudad de Tombuctú, hoy declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, es conocida como una de las ciudades académicas más destacadas de la historia, que en su apogeo llegó a acoger a estudiantes y eruditos del Viejo Mundo.
Mansa Musa anexionó pacíficamente la ciudad de Tombuctú al Imperio de Malí hacia 1325, reforzando el prestigio intelectual de su imperio en la Edad Media.
Los historiadores estiman que las bibliotecas privadas y públicas de Tombuctú, ahora denominadas bibliotecas perdidas de Tombuctú, contaban con una colección de más de setecientos mil manuscritos y libros que abarcaban temas como el arte, la medicina, la filosofía, la religión, la ciencia, las matemáticas y la astronomía.
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