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martes. 10.06.2025
TRIBUNA POLÍTICA

La puerta del ómnibus

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Pleno del Congreso de los Diputados

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Al igual que el famoso decreto, la mayoría parlamentaria que sostiene al Gobierno se parece bastante también a un ómnibus, cuyos mandos maneja el presidente con la mezcla justa de ciencia y temeridad que ha dado a Carlos Sainz varios campeonatos mundiales de rally.

De la distribución del peso dentro de ese vehículo suele depender su estabilidad en las curvas, de las que esta legislatura está sobrada. Esa es, y no las condiciones de la carretera, la clave de todo.

El Partido Popular no ha hecho más que votar en contra de las pensiones como viene haciendo desde que el mundo es mundo

Por eso, llama la atención que esta semana se haya puesto el foco de lo ocurrido en el Parlamento en el Partido Popular, que representa en esta película un papel de comparsa. El Partido Popular no ha hecho más que votar en contra de las pensiones como viene haciendo desde que el mundo es mundo, tal como demostró Silvia Intxaurrondo en la entrevista que la ha convertido en la bestia negra de la derecha. No hubo ninguna novedad. El no de siempre, terco e irreflexivo. No estuvo ahí la clave del asunto.

Donde estuvo fue en Junts. El séquito del Napoleón liliputiense de Waterloo no votó el miércoles contra el decreto porque estuviera en desacuerdo con su contenido ni porque quisiera presionar al Gobierno, sino porque tenía que hacerle pagar el golpe recibido con el regreso a Cataluña del Banco Sabadell. Lo que ellos no habían conseguido ni con promesas ni con amenazas electorales -conviene recordar que Junts amenazó con sanciones a las empresas que no volvieran a Cataluña-, lo ha conseguido la fuerza tranquila del presidente Illa, y eso duele.

Con sus aspavientos en el Congreso, Junts solo trata de compensar la irrelevancia política que vive dentro de Cataluña

El regreso del Banco Sabadell no hace más que subrayar la irrelevancia política en la que Junts vive dentro de Cataluña, que trata de compensar con sus aspavientos en la Carrera de San Jerónimo. Cuando vieron aplaudir a mil manos al presidente de la patronal catalana, en Junts debieron sentir una tremenda nostalgia de los tiempos en que todos construían juntos, y no precisamente nación, con un beneficio del tres por ciento.

Eso es lo que explica la votación del miércoles, y las contorsiones que la aguerrida minoría encabezada por Miriam Nogueras viene haciendo desde hace algún tiempo para acercarse a los populares sin llegar a rozarse (todavía). Detrás de todos esos movimientos hay un claro esfuerzo por desplazar el peso dentro del ómnibus gubernamental para tratar de ponerse en la puerta, y desde allí, quizá, bajarse en la parada que ellos elijan y preparar un cambio de conductor. El aspirante les sigue de cerca con el coche escoba, dispuesto a recoger las migajas que vayan cayendo. Va oyendo por los cascos un curso acelerado de catalán. Por otra parte molestia inútil, cuanto todos sabemos que lo único que necesita aprender de memoria es cómo se dice sí a todo.

La puerta del ómnibus