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“A Trump no hay que tomarlo al pie de la letra, pero hay que tomarlo en serio”
(John Bolton)
¡He dicho que el 5% del PIB anual para 2032! Es la “imperiosa propuesta” (para algo tienen que servir los oxímoron) que Estados Unidos va a presentar en la Cumbre de la OTAN de los próximos días 24 y 25 de junio en La Haya, adelantada, en la reunión de ministros de Defensa del pasado 5 de junio, por el secretario de Defensa estadounidense, Pete Hegseth: “Estoy aquí para asegurarme de que todos los países de la OTAN entienden que hay que arrimar el hombro para alcanzar el 5% que exige la amenaza”; “la Alianza no puede fiarlo todo a los recursos militares que aportan los Estados Unidos”; y por su embajador ante la misma, Matthew Whitaker con otro “imperioso consejo”: “No es una sugerencia, sino un punto de partida”. Por cierto, que sin pelos en la lengua: “incluidos nuestros amigos españoles”.
Nos recuerda porqué España sí ha definido su postura: alcanzar este mismo año, 2025, el porcentaje de gasto en Defensa del 2% del PIB acordado en la Cumbre de la OTAN de Gales de septiembre de 2014, que hasta ahora tenía previsto alcanzar en 2029. Incluso haberlo alcanzado ya en la fecha de esta siguiente Cumbre (24/25 de junio). Lo explica la ministra de Defensa, Margarita Robles: “España, con el 2% al que se comprometió (en Gales) puede cumplir los objetivos que se nos han asignado. Si fuese necesario incrementar el porcentaje para cumplir los objetivos de capacidades, se incrementaría”. Todos somos libres de estar o no de acuerdo (incluidas las autoridades políticas y militares de Estados Unidos y demás países de la OTAN) con esta explicación, pero es la explicación del Gobierno español democráticamente elegido y de su ministra de Defensa.
España no es el único país de la OTAN que, no sólo no está de acuerdo con esta exponencial subida, sino que se siente constreñido por la presión otánica-estadounidense
No es, sin embargo, España el único país de la OTAN que, no sólo no está de acuerdo con esta exponencial subida, sino que se siente constreñido por la presión otánica-estadounidense. Buena prueba de ello son Canadá, Italia o Portugal. España es solamente la que lo está diciendo con más claridad y contundencia. Hasta tal punto que incluso países y autoridades que se declaran partidarios de la medida (aumentar el porcentaje de gasto en Defensa al 5% del PIB anual), lo hacen con ajustes. El propio secretario general de la OTAN, Mark Rutte, ha propuesto desglosar el en litigio 5% en un 3’5% para Defensa y un 1'5% en “seguridad”. Reino Unido sólo se compromete a alcanzar el 2’5% en 2028 y continuar hasta el 3%; Francia se compromete a alcanzar el 3’5% en los próximos años (sin especificar cuántos); los países nórdicos y bálticos, incluida Alemania, los más entusiastas de la propuesta se limitan a comprometerse a “trabajar” para alcanzar el solicitado porcentaje del 5% (Declaración de Vilnius del Grupo Norte de la OTAN, creado en 2022, en reunión de 23 de mayo).
¿Qué entiende el señor Rutte, secretario general de la OTAN, por seguridad cuando desglosa el 5% entre “defensa” y “seguridad”? Esperemos que no el criterio estricto OTAN de “defensa” como solamente las fuerzas (personal y medios) entrenadas y evaluadas con criterios OTAN, con mando y control evaluado con criterios OTAN y con capacidad real de despliegue en el exterior. ¿Sólo para eso el 3’5% del PIB? ¿Sólo el 1’5% para infraestructuras, reclutamiento, adiestramiento, movilidad militar, apoyo oficial a la industria armamentística, preparación para la protección de la población, etc.? Perdone señor Rutte, estamos en el siglo XXI.
En definitiva, dos posturas incompatibles, la de porcentajes y fechas de cumplimiento fijadas con antelación, la más agresiva y fácilmente controlable, preconizada por Estados Unidos y la OTAN versus objetivos concretos de capacidades (en personal, armamentos, infraestructuras, tecnología, estandarización de recursos, interoperabilidad de armas y transportes, compras conjuntas, etc.), la más flexible y ajustable a las necesidades y circunstancias de cada momento y país, a la que España se ha apuntado.
¿Está Estados Unidos incluido en la exigencia del 5% del PIB o como es el que más gasta en números absolutos no tiene por qué afectarle?
Estados Unidos dedica a gastos de Defensa el 3’36% de su PIB (2023). ¿Está Estados Unidos incluido en la exigencia del 5% del PIB o como es el que más gasta en números absolutos no tiene por qué afectarle? Porque, recordemos, el resto de los países de la OTAN deben cumplir este objetivo del 5% en un ambiente financiero/económico/comercial amenazado por una cambiante política de aranceles que no hay forma de saber cómo y cuándo va a acabar. Y porque mientras le exige a los demás países mayor gasto en Defensa, Estados Unidos está llevando a cabo una retirada calculada de sus fuerzas armadas en el exterior. Una política que ya inició el propio presidente Trump en su primer mandato negociando e impulsando la inesperada y desastrosa retirada de Afganistán, que su sucesor Biden no tuvo más remedio que finalizar.
Y todo esto, ¿por qué y para qué? ¿Por qué Estados Unidos nos está exigiendo en estos precisos momentos que incrementemos nuestros presupuestos de Defensa de forma tan precipitada y (probablemente) inasumible? Pura geopolítica. Elucubremos.
La respuesta (fácil) que nos asalta de inmediato es porque los países europeos temen que Rusia, tras su invasión de Ucrania y cuando ésta finalice, nos atacará, aunque no se sepa muy bien por dónde ni por qué exactamente. Y como los europeos hemos entregado desde hace 75 años nuestra seguridad y nuestra defensa a la OTAN y Estados Unidos es el alma mater de la OTAN, se siente en la obligación de “prepararnos” para que estemos en condiciones de contribuir al enfrentamiento con Rusia. Pero ¿no es una incongruencia sin sentido que mientras nos presiona para que estemos en condiciones de enfrentar un posible ataque ruso, al mismo tiempo esté negociando con --e incluso podría decirse favoreciendo a-- Rusia en su guerra con Ucrania --país que los europeos consideran europeo-- impulsando que ésta finalice con (algún tipo) de victoria rusa (lo antes posible)? Es decir, favoreciendo no sólo su victoria, sino también con el menor desgaste bélico posible de Rusia. ¿Para enfrentarse con ella a los pocos años?
De verdad se está pensando en un futuro enfrentamiento con Rusia. O se está pensando en un futuro enfrentamiento con China
De verdad se está, entonces, pensando en un futuro enfrentamiento con Rusia. O se está pensando en un futuro enfrentamiento con China, en el que las fuerzas armadas europeas, sensiblemente mejoradas en número y capacidades a través de unos presupuestos de defensa 5% de sus respectivos PIB, le sirvan a Estados Unidos de “fuerzas auxiliares” para neutralizar a su rival global, China, en el nuevo mundo bipolar con el que nos amenazan los expertos (nueva guerra fría siglo XXI, ¿fría, caliente o nuclear?) y volver a un nuevo mundo unipolar de hegemonía estadounidense bajo sus “normas y valores”. O simplemente que esas mismas fuerzas armadas europeas, sensiblemente mejoradas en número y capacidades a través de unos presupuestos de defensa 5% de sus respectivos PIB, sean las que ataquen a Rusia, si esta se aliase o apoyara a China en caso de conflicto sino-estadounidense. Después de todo “La Alianza no puede fiarlo todo a los recursos militares que aportan los Estados Unidos” (Pete Hegseth, secretario de Defensa estadounidense, Bruselas, 5 de junio).
En cualquier caso, otro posible (¿probable?) escenario a vislumbrar en caso de que la operación 5% saliera adelante sería una Europa más empobrecida (5% más aranceles) en gasto social respecto a Estados Unidos, lo que redundaría en perjuicio del prestigio europeo como faro de democracias sociales avanzadas, incrementándose el de Estados Unidos y, en consecuencia, su capacidad de ejercer hegemonía.
Habría que tomarse en serio lo de la autonomía estratégica europea. No puede haber autonomía estratégica sin política de defensa autónoma y la Unión Europea+ no tiene más política de defensa que la que marca Bruselas con las consignas de Washington: mantener a toda costa la hegemonía estadounidense, haga lo que haga, diga lo que diga, beneficie a quien beneficie y perjudique a quien perjudique: en este caso la propia Unión Europea+. Ha llegado el tiempo de independizarse, de tener criterio propio, de no tener miedo, de no tener protector. Si gastamos el 5% en defensa, que sea porque hemos llegado a la conclusión de que nos hace falta …. a nosotros, a nadie más. ¿Hemos llegado? ¿O es sólo miedo, de un tipo a Rusia, de otro a Estados Unidos?
“Gasto en defensa” o “política de defensa”, esa es la cuestión.