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Inmersos y conmocionados por la enorme tragedia que la DANA ha provocado primordialmente en la provincia de Valencia, hemos podido constatar ya la solidaridad de la sociedad española y particularmente la valenciana con los ciudadanos de las zonas afectadas y ello es gratificante pues así debe ser en el marco de una sociedad democrática y cohesionada, que se involucra en ayudar a las poblaciones afectadas y reclama de los poderes públicos actuaciones rápidas, eficaces y coordinadas en un marco de unidad ante la catástrofe.
Es por ello que causa sonrojo y vergüenza ajena que el líder de la oposición y presidente del Partido Popular, Sr. Feijóo, se haya desplazado a Valencia no tanto para solidarizarse con los afectados y apoyar al Presidente de la Comunidad, sino para poner en duda la actuación del gobierno de España y los organismos estatales de su dependencia (AEMET y Confederación Hidrográfica del Júcar) y quejarse de que el gobierno español no le había informado.
El Sr. Feijóo desconoció la verdadera cronología de los hechos de forma intencionada, mostrando una vez más su perfil de político de juego sucio, mentiroso y cínico
Las declaraciones del Sr. Feijóo se podrían tildar de inapropiadas y oportunistas si hubieran expresado hechos veraces, pero lo que permite catalogarlas como irresponsables, altamente tóxicas y exentas de la elemental prudencia y rigor con que cualquier responsable político debe expresarse en una situación tan grave, es que sus críticas una vez más se basaban en una mentira. No fue ningún miembro del Gobierno de España quien tuviera que desmentir sus declaraciones, fue el presidente valenciano Sr. Mazón quién minutos después compareció junto al presidente Pedro Sánchez y agradeció al jefe del ejecutivo su colaboración destacando que desde el principio de la tragedia los os mantenidos con él y los responsables de varios ministerios fueron fluidos.
No es pretensión de este artículo analizar errores y responsabilidades políticas a exigir por la gestión de esta Dana y los gravísimos resultados que se han derivado, y que deberán dirimirse posteriormente de manera obligatoria; si pretende por el contrario valorar la visita del Sr. Feijóo a Valencia y las declaraciones que allí realizó.
En mi opinión el Sr. Feijóo desconoció la verdadera cronología de los hechos de forma intencionada, mostrando una vez más su perfil de político de juego sucio, mentiroso y cínico, al que cualquier situación por grave que sea le sirve para atacar al adversario político con mentiras tratando de generar confusión en la ciudadanía.
La realidad es que AEMET llevaba varios días alertando de la gravedad de la dana señalando precisamente al martes 29 como el día donde la intensidad de la misma sería mayor, decretó alerta roja a las 7.23 horas del citado día 29, no obstante ello el Presidente valenciano Sr. Mazón sorprendentemente declaró públicamente horas más tarde ( 13 horas) que las previsiones indicaban que el temporal se desplazaba hacia la serranía de Cuenca por lo que se esperaba que entorno a las 18 horas disminuiría su intensidad en la comunidad valenciana y lo expuso en su cuenta oficial de Twitter (posteriormente borró el tuit). Asimismo, la Confederación Hidrográfica del Júcar avisó a las 17.30 horas del mismo día 29 una situación de extrema peligrosidad en gran parte de la provincia de Valencia. Con todos esos datos, ¿por qué no se alertó a todos los teléfonos móviles de la provincia de Valencia hasta las 20.12 horas?¿qué información tenía el Sr. Mazón realizar una previsión tan errónea y peligrosa en su declaración pública de las 13 horas?. Conviene recordar que en aquellos momentos y también a fecha de hoy el mando de las actuaciones a llevar a cabo frente a los efectos de la dana sigue estando en el gobierno valenciano presidido por el Sr. Mazón.
Ocurre que el Sr. Feijóo no es presidente, y por ello conviene recordar que no tiene ninguna responsabilidad ni competencia ejecutiva en ningún ámbito en cuanto a la catástrofe se refiere
Los hechos han mostrado que la AEMET ha actuado de forma profesional informando con enorme precisión de la situación que se avecinaba, así como también lo ha hecho la Confederación Hidrográfica del Júcar. El problema no estuvo nunca en los datos ciertos que ambos organismos proporcionaron en tiempo y forma, sino en la tardanza en informar a la población de los riesgos extremos que se iban a dar, así como no establecer medidas que pudieran garantizar una mayor seguridad a miles de ciudadanos que habitaban en zonas potencialmente muy inundables.
Observando la nula aportación que la visita del Sr. Feijóo proporcionó para la necesaria colaboración institucional es razonable preguntarse: ¿qué pretendía el líder de la oposición? ¿acaso intentar suplantar al verdadero presidente del gobierno de España en un nuevo esperpéntico y ridículo show?
Lo cierto es que el comportamiento del Sr. Feijóo no es nada nuevo, el político gallego es un experto en eludir sus responsabilidades y derivarlas a otros actores políticos, ello lo ha realizado tanto cuando ha estado en posiciones de gobierno como desde la oposición durante sus años como político en Galicia, esta forma de política sucia Feijóo la ejerce con niveles insuperables.
La reiterada necesidad que parece tener el Sr. Feijóo de hacer apariciones públicas llenas de solemnidad y vacuas de contenido intentando transmitir una imagen presidencial no deja de ser llamativa; pareciera que el líder gallego hubiera interiorizado casi de forma obsesiva, que tal y como profetizaron aquellos que le auparon a la presidencia del Partido Popular, tras la defenestración palaciega del Sr. Casado, su llegada a la Presidencia del gobierno de España era un hecho cierto. Intentar suplantar la figura del Presidente del Gobierno de España, Sr. Pedro Sánchez, parece que podría ser una de las cuestiones que explicarían la visita del Sr.Feijóo a Valencia, así como incrementar aún más la crispación política utilizando la tragedia para tratar de erosionar al Gobierno de España
Pero ocurre que el Sr. Feijóo no es presidente, y por ello conviene recordar que no tiene ninguna responsabilidad ni competencia ejecutiva en ningún ámbito en cuanto a la catástrofe se refiere; y por tanto no puede exigir ningún protagonismo principal en la gestión de la gravísima situación generada por la dana. Lo que sí es exigible a un cualquier líder político, más aún si lo es de un partido con opciones de gobierno, es que en situaciones difíciles se ponga a disposición del conjunto de las instituciones y no trate de utilizar la situación con fines partidistas. Me temo que esto en el caso del Sr. Feijoó es imposible.
Concluyo expresando mi solidaridad con los ciudadanos de todas las zonas afectadas y primordialmente con las personas que han perdido a seres queridos y asimismo exigiendo la máxima lealtad institucional a los responsables políticos que están afrontando la gestión de la pandemia para que desde la necesaria unidad de acción y con los medios necesarios puedan solucionar los graves problemas que han aparecido y otros más que pudieran aparecer. Posteriormente será obligatorio evaluar y determinar responsabilidades políticas y de cualquier otro ámbito que pudieran demostrarse.