
En este artĆculo estudiamos la historia de una publicación, nacida al calor del Sexenio DemocrĆ”tico, que se destacó por su constante ataque a la Primera Internacional y al movimiento obrero en EspaƱa, asĆ como contra el republicanismo.
La revista La Defensa de la Propiedad, cuyo primer subtĆtulo era ārevista de intereses permanente y fundamentales contra las doctrinas y tendencias de la Internacional: ajena por completa a todo partido polĆticoā, apareció el primero de abril de 1872. Es evidente que en dicho subtĆtulo dejaba muy claro su objetivo: combatir a la Internacional, especialmente despuĆ©s de los sucesos de la Comuna, que fueron los que alertaron a la burguesĆa europea, incluida la espaƱola, sobre la potencia creciente del movimiento obrero. Tenemos que tener en cuenta, ademĆ”s, que en el caso espaƱol la burguesĆa estaba muy preocupada por la movilización social que se habĆa generado desde la Revolución de 1868 y por la inestabilidad de la MonarquĆa de Amadeo de Saboya, que podrĆa derivar hacia soluciones mĆ”s democrĆ”ticas y radicales, como terminarĆa ocurriendo.
El director de la publicación era Carlos MarĆa Perier (1822-1917), un personaje defensor en las Cortes y en la Real Academia de Ciencias Morales y PolĆticas de planteamientos ideológicos y polĆticos muy conservadores, especialmente en su fĆ©rrea defensa de la familia como āelemento cardinal de la sociedadā. Uno de los principales e incansables colaboradores de esta revista fue Bravo Murillo, claro representante espaƱol del liberalismo doctrinario o conservador.
La revista reflejaba parte del variado pensamiento conservador espaƱol en aquella Ć©poca. En la primera etapa, pues, se dedicó a combatir a la Internacional y al movimiento obrero, defendiendo en contrapartida el orden y la propiedad, considerada como un derecho sagrado. Pero la realidad polĆtica espaƱola marcó una evolución en los temas tratados en la publicación. Nunca dejó de lado las cuestiones relativas al movimiento obrero, pero la llegada de la RepĆŗblica hizo que se cargaran mĆ”s las tintas en esta cuestión, desarrollando una labor antirrepublicana intensa. Con la implantación de la Restauración borbónica los artĆculos de Ćndole polĆtica o sociopolĆtica fueron perdiendo peso, habida cuenta del restablecimiento del orden burguĆ©s que representaba CĆ”novas, frente a otros de carĆ”cter literario o historiogrĆ”fico. Es significativo que el subtĆtulo cambiarĆa al de ārevista universal, cientĆfica y literariaā. En el aƱo 1879 se dejó de publicar.