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miércoles. 11.06.2025
TRIBUNA LABORAL

La inmigración, el empleo y la formación en Catalunya

El título de estas líneas tiene la intención de subrayar la importancia de la inmigración y la formación como factores cruciales en nuestro mercado laboral.
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Contar con amigos de espíritu investigador siempre dispuestos a compartir datos, cifras y porcentajes sobre temas de interés, es un auténtico regalo. En mi caso recurro constantemente a Carlos Castedo Garví, quien publica diariamente en su Twitter (@carlos_castedo) un torrente de datos sobre el mercado laboral, salarios y condiciones laborales. También a sc Castellana (@cesc_castellana), cuyas contribuciones diarias a través de WhatsApp incluyen gráficos, tablas y análisis relacionados con el empleo y la formación profesional. Esta introducción no solo pretende agradecer su esfuerzo vocacional y desinteresado, del que muchos nos beneficiamos, sino manifestar que ha sido precisamente uno de esos gráficos matutinos de Castellana el que me ha sorprendido.

Ese gráfico mostraba los niveles de formación universitaria y superior de las personas nacidas fuera de España que viven y trabajan en Catalunya, un dato que ha transformado mi perspectiva y que, al conocerlo, seguramente impactará a muchas más personas.

En Catalunya 2.552.906 personas cuentan con formación universitaria, de las cuales 635.245 nacieron fuera de España, lo que representa el 25% del total

En Catalunya 2.552.906 personas cuentan con formación universitaria, de las cuales 635.245 nacieron fuera de España, lo que representa el 25% del total. Si añadimos la realidad particular de Barcelona, vemos que la inmigración recibida en el último año se compone mayoritariamente de adultos jóvenes de entre 25 y 40 años, con equilibrio entre sexos y, en su gran mayoría, con titulación universitaria. Este fenómeno refuerza la corriente que está transformando aceleradamente la realidad social, económica y laboral de esta ciudad, en la que hace diez años los nacidos en el extranjero entre 1998 y 1984 suponían el 41,4%, cuando hoy alcanzan el 57%.

El título de estas líneas tiene la intención de subrayar la importancia de la inmigración y la formación como factores cruciales en nuestro mercado laboral. Aunque no se trata de temas nuevos, su relevancia crece en el contexto de los actuales cambios tecnológicos y del modelo productivo. Es especialmente destacable que el 36% del total de personas residentes en Catalunya, nacidas fuera de España y mayores de 16 años tiene formación superior o universitaria, mientras que el 25% cuenta con formación media. Sus niveles de empleo alcanzan el 85% y el 78%, respectivamente, similares a los de los nacidos en España (87% y 80%). Estas cifras confirman que la inmigración cualificada no solo se integra de manera efectiva, sino que aporta un valor significativo al mercado laboral.

La inmigración cualificada no solo se integra de manera efectiva, sino que aporta un valor significativo al mercado laboral

Por otro lado, las dificultades se concentran en gran medida en el 39% de personas nacidas fuera de España y que solo han completado estudios primarios o inferiores, quienes enfrentan una tasa de empleo del 60% y una de desempleo del 16%, comparables a las de los nacidos en España con el mismo nivel de formación (62% de empleo y 15% de desempleo). Es precisamente en estos colectivos, inmigrantes o no, donde se encuentran las áreas prioritarias para diseñar políticas públicas que mejoren su empleabilidad y garanticen su integración social y económica.

Estos indicadores nos muestran la significativa contribución económica y social de las personas inmigrantes en nuestro mercado laboral. A la vez, desmontan el error común de pensar que la inmigración se limita a sectores y empleos de baja cualificación. Muy al contrario, la inmigración aporta talento y formación sin los cuales difícilmente podrían funcionar muchos sectores y empresas. Sin embargo, también es cierto que la inmigración cubre al mismo tiempo amplios espacios y empleos esenciales que, en general, las personas nacidas en España no están dispuestas a realizar.

Es momento de hablar de la inmigración basándonos en datos, hechos y realidades. Esta puede ser la única forma de reventar el globo del miedo inflado con bulos, mentiras y exageraciones promovidos por la extrema derecha. La realidad, sin embargo, es contundente: ahí están las previsiones que indican que Catalunya seguirá recibiendo nuevas personas, tanto o más que en el último año, periodo en el cual la población nacida en el extranjero y residente en Catalunya aumentó en más de 100.000 personas.

Para acabar, no perdamos de vista que, si bien hoy uno de cada cuatro habitantes de los 8.099.460 residentes en Catalunya mayores de 16 años, no ha nacido en España, en la franja de edad de 25 a 40 años el 45% de los residentes ha nacido en el extranjero, aunque muchos de ellos ya poseen la nacionalidad española. Pongamos en valor y celebremos la riqueza y el talento que nos llegan más allá de nuestras fronteras. Pero respondamos con políticas e iniciativas sociales que conviertan esta diversidad en una oportunidad de progreso y justicia social, y no en un motivo de preocupación y rechazo como algunos pretenden hacernos creer, y que han contribuido a que la inmigración se perciba como la primera preocupación de los españoles y españolas. Por todo ello, pasemos a la ofensiva. 

Por otra parte hoy no deberíamos hablar de inmigración ni de derechos humanos sin mencionar la vergüenza que deberíamos sentir por la realidad que viven los menores inmigrantes no acompañados, hacinados en Canarias, y nuestra incapacidad para garantizarles un futuro digno.

Artículo publicado en el blog de Quim González Muntadas

La inmigración, el empleo y la formación en Catalunya