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jueves. 12.06.2025
CUERPO DE GUARDIA

La gran puta y sus correligionarios

CapitƔn Lagarta | La realidad en ausencia de Internet parece ser insoportable; ahƭ estƔ la gran puta, en su cama de chips, cada dƭa mƔs gorda, descojonƔndose de todos nosotros.

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La realidad en ausencia de Internet parece ser insoportable; ahĆ­ estĆ” la gran puta, en su cama de chips, cada dĆ­a mĆ”s gorda, descojonĆ”ndose de todos nosotros. El capitĆ”n no viene a contarles nada que no sepan, quiere no mĆ”s que poner un poco de orden desvelando seis de las falacias mĆ”s utilizadas por los correligionarios de las TIC (tecnologĆ­as de la información y la comunicación). PRIMERA ā€œhay dos mundos, el real y el virtualā€. Si una pĆ”gina web no es mĆ”s que una tienda con escaparate y todo, si un periódico es un periódico aunque sea digital, si mientras estĆ© compuesto de frases, puntos y comas, un libro digital no deja de ser un libro, si un chat es una conversación, si enviar un correo es como mandar una carta, si una conferencia es una conferencia aunque le pongamos -video delante, si un procesador de textos no deja de ser una mĆ”quina de escribir, si el acoso es acoso aunque le pongamos delante la partĆ­cula -ciber, si el engaƱo no es exclusivo de Internet, entonces Āæpor quĆ© ese empeƱo en hablar de dos mundos, el real y el virtual cando solo hay uno, el real? Āæacaso quieren volvernos esquizofrĆ©nicos?. SEGUNDA ā€œlas nuevas tecnologĆ­as nos hacen mĆ”s libresā€. Libertad es lo que pretende vender la publicidad mĆ”s cansina de TV; chicos y chicas guapas, gente chachi piruli que se comunica sin lĆ­mite ni fronteras en un lugar llamado mundo, cuando la realidad es que gracias a las nuevas tecnologĆ­as ciudadano y sociedad nunca estuvieron mĆ”s controlados. Si un individuo de entre 25 y 45 aƱos no tiene ni móvil, ni ADSL, ni cuenta de correo electrónico, caso de que no sea un indigente, serĆ” un potencial sospechoso para los servicios secretos; los agentes del CNI, que ya no gastan suela, dirĆ”n Āæy este cabrón, por quĆ© no estĆ” en Internet?. TERCERA ā€œtodo estĆ” en Internetā€. Dice una nueva ley, la ley de Suitt, ā€œcuanto mejor seas buscando información en la Web, menos tendrĆ”s que almacenar en tu cerebroā€. Este paradigma no es tan reciente pues lo de tocarse los cojones es tan viejo como el mundo. Si no hay nada nuevo bajo el sol, copia y ya estĆ”. En nuestro sistema educativo los crĆ­os, desde la primaria hasta el doctorado, desarrollan la competencia digital seleccionando y recopilando información: cortan aquĆ­ y pegan allĆ” creyendo que el producto es interpretación propia ĀæquiĆ©n no quedarĆ­a atontado ante una original presentación en formato powerpoint?. CUARTA ā€œno se pueden poner puertas al campoā€. Cada vez resulta mĆ”s comĆŗn encontrar a un mocoso portando telĆ©fono móvil con a la Red. ā€œCómprame uno papi que todos los niƱos lo tienenā€, ā€œanda mami que es por si me pasa algo Āæno ves que asĆ­ siempre sabes donde estoy? ā€.  El capitĆ”n cree que es equivocación aguda, llana y esdrĆŗjula ceder al chantaje emocional de los pequeƱos dictadores, pues pocos dĆ­as despuĆ©s de tener el telĆ©fono no podrĆ”n despegar sus cansados ojitos cansados de la pantallita. Entonces sus papĆ”s, preocupados, pasarĆ”n a la acción: ā€œniƱo deja eso ya que te vas a quedar ciegoā€, ā€œniƱo que corto Internetā€, ā€œniƱo estudia...ā€ y ellos, de forma estereotipada y sin levantar los ojos, responderĆ”n ā€œespera mamĆ”ā€, ā€œme queda solo un poquitoā€ o ā€œdĆ©jame que estoy haciendo un trabajo de claseā€. Los psicólogos se frotan las manos pues hay otra nueva -patĆ­a y los padres, siguiendo sabios consejos, procurarĆ”n que sus hijos utilicen el móvil con sentidiƱo, pues ni el móvil ni las redes sociales son malas en sĆ­ mismas, lo perverso es el uso que se les da. Lo mismo podrĆ­an aconsejar para otras adicciones: ā€œhijo mĆ­o cuidado tambiĆ©n con el vino, el tabaco, el hachĆ­s, la coca o el caballo... un mal uso podrĆ­a hacerte adictoā€. Se pueden poner puertas al campo: ā€œhijo mĆ­o, si quieres un móvil, cuando tengas 18 aƱos trabajas y te lo compras, ya verĆ”s como Ć©se, Ć©se sĆ­ es de Ćŗltima generaciónā€. QUINTA ā€œhay que estar en la ondaā€. Cruel falacia Ć©sta pues la mitad del mundo no tiene ni luz elĆ©ctrica. Y en el primer mundo económico, muchos mayores y algunos jóvenes, basta de estereotipos, estĆ”n fuera del rebaƱo de las TIC no porque no sepan, sino porque no quieren utilizarlas. Dicen no y basta. Hay incluso quien las abandona, como quien deja el tabaco, para tener una vida mĆ”s sana. Un carnicero puede diferenciarse de la competencia con el eslogan ā€œno estamos en Internet, pero tenemos la mejor carneā€ y un tabernero colgando en la puerta del bar un cartel que diga ā€œaquĆ­ no tenemos WIFI, podĆ©is hablar entre vosotrosā€. Y concluimos con la SEXTA que, argumentada hasta la saciedad, ha acabado por convertirse en la mĆ”s estĆŗpida, boba y simple de las evidencias: ā€œlas TIC tienen muchas buenas cosasā€. Pues claro.

La gran puta y sus correligionarios