
Siendo un adolescente conoció el Centro Obrero de Bilbao y allà entró en o con el socialismo, ya en auge en la zona. En 1899 ingresó en la Agrupación Socialista de Bilbao
Indalecio Prieto es un personaje clave en la historia del socialismo espaƱol y de la EspaƱa contemporĆ”nea. En este artĆculo nos acercaremos a sus orĆgenes, entrada y protagonismo en el seno del socialismo y su participación polĆtica hasta la Dictadura de Primo de Rivera.
Indalecio Prieto nació en Oviedo en abril de 1883 en una familia humilde. Muy pronto, en 1891, pasó a residir en Bilbao donde estudió en un centro religioso protestante. El joven Prieto se caracterizó por un intenso tesón personal y venciendo dificultades se fue formando mientras trabajaba y tomaba conciencia de la realidad social en la que vivĆa. Siendo un adolescente conoció el Centro Obrero de Bilbao y allĆ entró en o con el socialismo, ya en auge en la zona. En 1899 ingresó en la Agrupación Socialista de Bilbao. Al aƱo siguiente comenzó a trabajar de taquĆgrafo en el diario āLa Voz de Vizcayaā, y allĆ empezó a sentir tambiĆ©n su vocación de periodista. En 1901 pasó a trabajar como redactor en āEl Liberalā, diario republicano de Bilbao, perteneciente a la familia Echevarrieta. Con el tiempo serĆa su director y hasta propietario. El periodismo siempre fue muy importante en Prieto, el que le dio protagonismo y le permitió expresar sus ideas.
En 1903 participó en la creación de las Juventudes Socialistas de Bilbao, creadas gracias al tesón de TomĆ”s Meabe. En esta Ć©poca Indalecio se comprometió decididamente dentro del socialismo por la relación con los republicanos que desembocarĆa en la Conjunción republicano-socialista, entrando en el intenso debate y confrontación interna en el seno del socialismo vizcaĆno. Prieto habĆa desplazado a Facundo Perezagua como candidato en las elecciones provinciales de 1911, que le valieron a nuestro protagonista ser elegido diputado provincial por Vizcaya. Pero, ademĆ”s, si Prieto defendĆa la postura de colaboración con los republicanos, Perezagua seguĆa fiel a una concepción obrerista del Partido. Pero esta posición quedarĆa en minorĆa. AdemĆ”s, Perezagua fue acusado de querer fragmentar el partido, por lo que fue expulsado en el Congreso de 1915, aunque luego reingresarĆa en 1919. Indalecio Prieto fue elegido concejal en el Ayuntamiento de Bilbao en 1915.
Indalecio Prieto se involucró en la huelga general de 1917, pero consiguió huir a Francia antes de ser detenido. Regresó al aƱo siguiente cuando fue elegido diputado en las Cortes. Siempre consiguió un acta de diputado por Bilbao en todas las elecciones generales que se dieron en EspaƱa entre 1918 y 1936, lo que demostrarĆa su claro tirón electoral, aunque no tuvo Ć©xito anteriormente en las elecciones de 1914.
En la vida interna del PSOE Indalecio Prieto participó activamente en los Congresos ordinarios y extraordinarios que se dieron entre 1912 y 1921
En la vida interna del PSOE Indalecio Prieto participó activamente en los Congresos ordinarios y extraordinarios que se dieron entre 1912 y 1921. En 1919 fue elegido vocal del ComitĆ© Nacional en 1919 representando a las provincias vascas. Fue vocal en la Comisión Ejecutiva en el bienio 1918-1919. En 1921 volvió a entrar en la Comisión Ejecutiva aunque dimitirĆa en 1924 por su postura contraria a la polĆtica de inhibición del PSOE ante la Dictadura y hasta de cierta colaboración con la misma. TambiĆ©n se opuso a la entrada del partido en la III Internacional.
En las Cortes finales de Alfonso XIII tuvo un especial protagonismo en su combate contra la Guerra de Marruecos y las actuaciones del gobierno y del ejĆ©rcito en la misma, muy especialmente a raĆz del Desastre de Annual de 1921. Pronunció un sonado discurso, cuyo fragmento incluimos para terminar este trabajo:
āSe perdió Igueriben, como no tenĆa mĆ”s remedio que perderse, dadas las condiciones de la posición y la calidad y cantidad del enemigo; se perdió Igueriben, y son los testigos de la pĆ©rdida de 5.000 hombres concentrados en Annual, otra posición tambiĆ©n indefendible, que empieza por ser un puesto insignificante de policĆa y, por no sabemos quĆ© razones de arte bĆ©lica indemostrables ante el mĆ”s rudimentario juicio que examine esta cuestión, se convierte en un campo base de concentración de 5.000 hombres sin defensa posible. Annual es -ahĆ estĆ” tambiĆ©n sangrando una frase del general Silvestre-, un callejón sin salida.
Pero ya es tarde, ya no hay tiempo; los 5.000 hombres, de los cuales una porción considerabilĆsima han sido incorporados a filas solamente con un mes de instrucción, cuando un reglamento que estĆ” ahĆ para adornar las colecciones del "Diario Oficial" establece que el primer perĆodo de instrucción de un recluta, antes de su verdadera incorporación, son de tres meses; cuando un mes, si han de cumplir las prescripciones sanitarias, tambiĆ©n perfectamente decorativas en las "Colecciones Legislativas" del Ministerio de la Guerra, se han de invertir forzosamente en la vacuna; una porción considerable de soldados bisoƱos, que llegan allĆ forzados por la mala suerte, con el recuerdo metido muy dentro de la mente de catĆ”strofes, de tragedias sangrientas, de barrancos del Lobo, de gente muerta a palos y a pedradas por unos moros fieros; y aquellos hombres recientemente incorporados a filas, que no saben disparar un fusil, que no saben cargar., (...) 21 de noviembre de 1921.ā