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miƩrcoles. 11.06.2025
EMPERADORES ROMANOS

Marco Aurelio Antonino Caracalla, las contradicciones y crueldades de un guerrero

El nombre de nacimiento es Lucio Septimio Basiano conocido como Caracalla.
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Septimio Severo y Caracalla, Jean-Baptiste Greuze, 1769 (Louvre).

El nombre de nacimiento es Lucio Septimio Basiano conocido como Caracalla. Fue rebautizado como Marco Aurelio Antonino a la edad de siete aƱos como parte del intento de su padre de justificar su descendencia de las familias de Antonino PĆ­o y Marco Aurelio.

Caracalla nació en Lugdunum, que se corresponde con la actual Lyon, el cuatro de abril del aƱo 188. Es hijo de Septimio Severo y de Julia Domna, lo que le confiere ascendencia paterna pĆŗnica y materna Ć”rabe. 

Tenía un hermano algo menor, Geta, con el que Caracalla gobernó brevemente como coemperador. Caracalla tenía cinco años cuando su padre fue aclamado Augusto, el nueve de abril del año 193.

Museo Nacional del Prado
Museo Nacional del Prado

A principios del aƱo 195, el padre de Caracalla, Septimio Severo, se hizo adoptar póstumamente por el emperador deificado Marco Aurelio. En consecuencia, entre los aƱos 195 o 196, Carcalla recibió el rango imperial de CĆ©sar, y fue nombrado Imperator designatus. AsĆ­, pasó a formar parte de la recordada dinastĆ­a Antonina. 

El padre de Caracalla le nombró augusto conjunto y emperador de pleno derecho el veintiocho de enero del aƱo 198. ​ Era el dĆ­a en que se celebraba el triunfo de Septimio Severo, en honor a su victoria sobre el Imperio parto en las guerras romanas-partas. HabĆ­a logrado saquear la capital parta, Ctesifonte, tras ganar la batalla homónima, probablemente en octubre del aƱo 197. 

TambiĆ©n se le otorgó el poder tribunicio y el tĆ­tulo de Imperator. En las inscripciones, Caracalla recibe a partir del aƱo 198 el tĆ­tulo de sumo sacerdote, pontifex maximus. 

Su hermano Geta fue proclamado nobilissimus caesar el mismo dĆ­a, y su padre Septimio Severo recibió el apelativo honorĆ­fico Parthicus Maximus.

Ingresó en la cofradĆ­a sacerdotal de los hermanos arvales [1] en el aƱo 199, y a finales de aƱo recibió el tĆ­tulo de pater patriae. Fue designado cónsul en el aƱo 202, habiendo sido nombrado cónsul designatus el aƱo anterior, junto a su padre en su tercer consulado.

En el aƱo 202, entre el nueve y el quince y el de abril, Caracalla se vio obligado a casarse con la hija de Cayo Fulvio Plauciano, Fulvia Plautila era una mujer a la que odiaba, aunque se desconoce el motivo.

Caracalla fue designado cónsul por segunda vez en el año 205, en compañía de Geta, siendo el primer consulado de su hermano. Ese mismo año, Caracalla hizo ejecutar a Plauciano por traición, aunque probablemente fabricó él mismo las pruebas del complot. Fue entonces cuando desterró a su esposa, cuyo posterior asesinato podría haberse llevado a cabo por orden suya.

Termas de Caracalla en Roma
Termas de Caracalla en Roma

El veintiocho de enero del año 207, Caracalla celebró su decennalia, el décimo aniversario del inicio de su reinado. El año 208 fue el año de su tercer consulado, con Geta en su segundo consulado. Este último, recibió el rango de Augusto y poderes tribunicios en septiembre u octubre del año 209, o ya en el año 210.

Durante el reinado de su padre, la madre de Caracalla, Julia Domna, habĆ­a desempeƱado un destacado papel pĆŗblico, recibiendo tĆ­tulos de honor como el de ā€œmadre de los campamentosā€, pero tambiĆ©n desempeñó un papel entre bastidores ayudando a su marido a istrar el imperio. 

  1. SU LLEGADA AL PODER
  2. SU LABOR DE GOBIERNO
  3. SUS VIAJES
  4. SUS PRINCIPALES OBRAS PÚBLICAS
  5. LAS GUERRAS DE CARACALLA
  6. SU FINAL
  7. CARACALLA Y LOS HISTORIADORES

Descrita como ambiciosa, Julia Domna se rodeó de pensadores y escritores de todo el imperio. Mientras Caracalla reunĆ­a y entrenaba a las tropas para su planeada invasión parta, Julia permaneció en Roma, istrando el imperio. 

La creciente influencia de esta matrona en los asuntos de Estado fue el inicio de una tendencia de influencia de las madres de los emperadores, que continuó durante toda la dinastía de los Severos.

SU LLEGADA AL PODER

Su padre, Septimio Severo falleció, el cuatro de febrero del aƱo 211, lo que dejó a sus dos hijos como coemperadores y gobernantes del Imperio. A la muerte de su padre, Caracalla adoptó el cognomen de Ć©ste, como Imperator Caesar Marcus Aurelius Severus Antoninus Pius Augustus, y asumió el cargo de pontifex maximus. 

Septimio Severo murió en Eborarum la actual York, en Inglaterra, mientras estaba en campaƱa en Caledonia al norte de la Britania romana, y en consecuencia, Caracalla y su hermano, Geta, heredaron conjuntamente el trono. 

Los hermanos pusieron fin a la invasión romana de Caledonia entre los aƱos 208 y 210. Tras concluir una paz con los caledonios se volvió a la frontera de la Britania romana al muro de Adriano. 

Durante el viaje de vuelta a Roma con las cenizas de su padre, Caracalla y su hermano discutieron continuamente entre ellos, lo que hizo que las relaciones entre ambos fueran cada vez mĆ”s hostiles. ​ 

Termas de Caracalla en Roma.
Termas de Caracalla en Roma.

Los coemperadores consideraron dividir el Imperio en dos a lo largo del Bósforo para que su cogobierno fuera menos conflictivo, con Caracalla en el oeste y Geta en el este, aunque su madre les convenció para que no lo hicieran.

El veintisĆ©is de diciembre del aƱo 211, en una reunión de reconciliación organizada por su madre Julia Domna, Geta fue asesinado en brazos de su madre por de la Guardia Petroriana leales a Caracalla. 

Se considera como claramente probable, que Caracalla ordenara el asesinato en persona, ya que ambos nunca habían tenido una buena relación entre ellos, y mucho menos después de suceder a su padre.

Caracalla, entonces, persiguió y ejecutó a la mayorĆ­a de los partidarios de Geta y ordenó una damnatio memoriae [2] pronunciada por el Senado contra la memoria de su hermano. La imagen de Geta fue eliminada de todas las pinturas, las monedas fueron fundidas, las estatuas fueron destruidas, su nombre fue borrado de los registros de papiro y en piedra, y se convirtió en un delito capital hablar o escribir el nombre de Geta.

Se calcula que tras la damnatio memoriae fueron masacradas unas veinte mil personas, quienes formaban parte del cĆ­rculo Ć­ntimo de guardias y asesores de Geta, amigos y otros militares a su servicio.

Cuando Geta murió en el aƱo 211, las responsabilidades de Julia Domna aumentaron, ya que Caracalla consideraba que las tareas istrativas eran mundanas. ​ Es posible que asumiera una de las funciones civiles mĆ”s importantes del emperador, que era recibir peticiones y responder a la correspondencia. 

Complejo de las termas de Caracalla en Roma.
Complejo de las termas de Caracalla en Roma.

Es bastante probable que se exagere el alcance de su papel en este cargo, puede que representara a su hijo, que participara en las reuniones y respondiera a las preguntas, pero, sin embargo, la autoridad final en asuntos legales era de Caracalla. El emperador desempeƱaba todas las funciones del sistema jurƭdico como juez, legislador y .

La representación oficial de Caracalla como emperador Ćŗnico supone una ruptura con las imĆ”genes distantes de los emperadores-filósofos que le precedieron. Su corte de pelo corto es el de un soldado, su ceƱo fruncido una presencia realista y amenazante. 

Este rudo soldado-emperador, un arquetipo icónico, fue adoptado por la mayoría de los siguientes emperadores, como Maximino el Traci, quienes dependían del apoyo de las tropas para gobernar el imperio.

Denario en la Ʃpoca del emperador Caracalla.
Denario en la Ʃpoca del emperador Caracalla.

Herodiano describe que Caracalla preferĆ­a la ropa del norte de Europa. Caracalla es el nombre de la tĆŗnica gĆ”lica con capucha que puso de moda, y a menudo llevaba una peluca rubia. Dion Casio menciona que cuando Caracalla era un niƱo, tenĆ­a tendencia a mostrar una expresión facial de enfado o incluso de salvajismo.

La forma en que Caracalla querĆ­a ser representado ante su pueblo puede verse a travĆ©s de los numerosos bustos y monedas que se conservan. Las imĆ”genes del joven emperador no pueden distinguirse claramente de las de su hermano menor Geta. 

Caracalla aparece laureado en las monedas tras convertirse en Augusto en el año 197. Geta aparece con la cabeza descubierta hasta que se convirtió en Augusto en el año 209. Entre el año 209 y la muerte de su padre en febrero del año 211, ambos hermanos se muestran como jóvenes maduros que estaban preparados para hacerse cargo del Imperio.

Entre la muerte del padre y el asesinato de Geta a finales del aƱo 211, el retrato de Caracalla permanece estĆ”tico con una barba corta y completa, mientras que su hermano desarrolla una barba larga con mechones de pelo como su padre. 

Esto Ćŗltimo era un fuerte indicador del esfuerzo de Geta por ser visto como el verdadero sucesor de su padre, un objetivo que quedó en nada cuando fue asesinado. 

La presentación de Caracalla en las monedas durante el periodo de su reinado conjunto con su padre, entre los aƱos 198 a 210, se ajusta a grandes rasgos a la representación imperial del siglo iii. La mayorĆ­a de los tipos de monedas comunican mensajes militares y religiosos, y otras dan mensajes de saeculum aureum y virtudes.

Caracalla y Geta: Pelea de osos en el Coliseo, Lawrence Alma-Tadema, 1907
Caracalla y Geta: Pelea de osos en el Coliseo, Lawrence Alma-Tadema, 1907

Durante el reinado en solitario de Caracalla, entre los años 212 a 217, se produjo un cambio significativo en la representación. La mayoría de las monedas producidas durante este periodo se asociaban con la divinidad o tenían mensajes religiosos; otras tenían mensajes inespecíficos y únicos que sólo circularon durante su reinado en solitario.

SU LABOR DE GOBIERNO

La ā€œConstitutio Antoninianaā€ o Constitución Antonina fue un Edicto emitido en el aƱo 212 por Caracalla, en el que se declaraba que todos los hombres libres del Imperio romano debĆ­an recibir la plena ciudadanĆ­a romana, con la excepción de los dediticii, personas que se habĆ­an sometido a Roma por rendición en la guerra, y los esclavos liberados. ​

Antes del aƱo 212, la mayorĆ­a de los ciudadanos romanos habĆ­an sido habitantes de la Italia romana, y entre el 4 y el 7% de todos los demĆ”s pueblos del Imperio romano eran ciudadanos romanos en el momento de la muerte de Augusto en el aƱo 14 d. C. 

Fuera de Roma, la ciudadanĆ­a se limitaba a las colonias romanas y un pequeƱo nĆŗmero de nobles locales, como los reyes de los paĆ­ses clientes. Los provinciales, en cambio, no solĆ­an ser ciudadanos, aunque algunos magistrados y sus familiares y parientes poseĆ­an el derecho latino. 

Dion Casio sostiene que uno de los propósitos de Caracalla al promulgar el Edicto fue el deseo de aumentar los ingresos del Estado. En ese momento, Roma se encontraba en una situación financiera difĆ­cil y necesitaba pagar los nuevos aumentos de sueldo y beneficios que se conferĆ­an a los militares. 

Caracalla como faraón, Templo de Kom Ombo.
Caracalla como faraón, Templo de Kom Ombo.

El Edicto ampliaba la obligación de servicio pĆŗblico e incrementaba los ingresos a travĆ©s de los impuestos de sucesión y emancipación, que sólo debĆ­an pagar los ciudadanos romanos. 

Sin embargo, pocos de los que obtuvieron la ciudadanía eran ricos, y aunque es cierto que Roma se encontraba en una situación financiera difícil, se cree que este no pudo ser el único propósito del Edicto.

Los provinciales tambiƩn se beneficiaron de este Edicto porque ahora podƭan considerarse socios de los romanos en el Imperio en igualdad de condiciones.

Otro propósito para emitir el Edicto, como se describe en el papiro en el que se inscribió parte de este, era apaciguar a los dioses que habĆ­an librado a Caracalla de la conspiración. 

El complot en cuestión fue la respuesta al asesinato de Geta por parte de Caracalla y la posterior matanza de sus seguidores. El fratricidio sólo se habrĆ­a condonado si su hermano hubiera sido un tirano. 

La damnatio memoriae contra Geta y los grandes pagos que Caracalla habĆ­a hecho a sus propios partidarios tenĆ­an como objetivo protegerse de posibles repercusiones. 

Denario de plata de Caracalla acuƱado en Roma en el aƱo 216.
Denario de plata de Caracalla acuƱado en Roma en el aƱo 216.

Tras el éxito obtenido, Caracalla sintió la necesidad de pagar a los dioses de Roma devolviendo el favor al pueblo de Roma mediante un gesto igualmente grandioso, lo que se hizo mediante la concesión de la ciudadanía.

Otro propósito para emitir el Edicto podría estar relacionado con el hecho, de que la periferia del Imperio se estaba convirtiendo en el centro de su existencia, y la concesión de la ciudadanía podría haber sido simplemente un resultado lógico de la continua expansión de los derechos de ciudadanía de Roma.

Su PolĆ­tica monetaria

Los gastos que hizo Caracalla con las grandes primas que dio a los soldados le llevaron a degradar la moneda poco después de su subida al trono en solitario. A finales del reinado de Septimio Severo y principios del de Caracalla, el denario romano tenía una pureza de plata aproximada de alrededor del 55%, pero a finales del reinado de este último la pureza se había reducido a alrededor del 51%.

Caracalla introdujo el antoniniano en el aƱo 215, que era una moneda destinada a servir de doble denario. Esta nueva moneda, sin embargo, tenĆ­a una pureza de plata de alrededor del 52% para el perĆ­odo entre 215 y 217 y una relación de tamaƱo real de 1 antoniniano a 1,5 denarios. 

La reducción de la pureza de la plata de las monedas hizo que la gente atesorara las antiguas monedas, que tenían un mayor contenido de este metal, lo que agravó el problema de la inflación causada por la anterior devaluación de los denarios.

SUS VIAJES

En la primavera del año 214, Caracalla partió hacia las provincias orientales, por lo que pasó por las provincias danubianas y las provincias anatolianas de Asia y Bitinia. Pasó el invierno entre los años 214 y 215 en Nicomedia.

La manera tĆ­pica en que se representaba a Caracalla (Walters Art Museum)
La manera tĆ­pica en que se representaba a Caracalla (Walters Art Museum)

El cuatro de abril del aƱo 215, ya habĆ­a partido de la ciudad. En verano de ese mismo aƱo se encontraba en Antioquia, en el Orontes. ​ Llegó a AlejandrĆ­a en diciembre del aƱo 215, donde permaneció hasta marzo o abril del aƱo 216.

Cuando los habitantes de Alejandrƭa se enteraron de las afirmaciones de Caracalla indicando, que habƭa matado a su hermano Geta en defensa propia, produjeron una sƔtira en la que se burlaban de esto, asƭ como de otras pretensiones del emperador.

Caracalla respondió a este insulto masacrando a la diputación de ciudadanos destacados, que se habían reunido desprevenidamente ante la ciudad para saludar su llegada en diciembre del año 215 Saquearon sus tropas Alejandría durante varios días.

Regresó a Antioquía en la primavera del año 216, y antes del veintisiete de mayo se puso al frente de su ejército para luchar contra los partos. Durante el invierno de los años 215 y 216 se estacionó en la ciudad de Edesa. Caracalla se dirigió entonces hacia el este, hacia Armenia, reino que ya en el año 216 había atravesado, y ese mismo año llegó al sur de Partia.

Al principio de su reinado, Caracalla declaró el apoyo imperial a Serapis [3] como dios sanador. ā€œEl Iseum et Serapeum de AlejandrĆ­aā€ fue renovado durante el gobierno conjunto de Septimio Severo y Caracalla, lo que se constata en dos inscripciones encontradas cerca del templo que parecen llevar sus nombres. 

Los túneles subterrÔneos de las termas de Caracalla.
Los túneles subterrÔneos de las termas de Caracalla.

Existen pruebas arqueológicas adicionales de ello, con la existencia de dos papiros que se han fechado en el periodo del emperador Severo y tambiĆ©n dos estatuas asociadas al templo, que se han fechado en torno al aƱo 200. 

Tras la llegada al poder de Caracalla como Ćŗnico gobernante en el aƱo 212, la ceca [4] imperial comenzó a acuƱar monedas con la imagen de Serapis. 

Esto era un reflejo del papel central del dios durante el reinado de Caracalla. Tras la muerte de Geta, Caracalla dedicó a Serapis el arma que lo había matado, probablemente para que Serapis asumiera el papel de protector de Caracalla frente a la traición.

SUS PRINCIPALES OBRAS PÚBLICAS

Una de sus obras mĆ”s celebres son las termas de Caracalla que comenzaron a construirse en el aƱo 211, al inicio del gobierno de este emperador, aunque lo mĆ”s probable es que su padre fuera el responsable de su planificación. 

Fueron inauguradas parcialmente en el aƱo 216, pero el perĆ­metro exterior de las mismas no se completó hasta el reinado del emperador Alejandro Severo. 

Estas grandes termas eran tĆ­picas de la prĆ”ctica romana de construir complejos para actividades sociales y estatales en grandes ciudades densamente pobladas. ​ Los baƱos cubrĆ­an unos 202. 000 m² y podĆ­an acoger a unos mil seiscientos baƱistas a la vez. 

Las termas de caracalla. Recreación.
Las termas de caracalla. Recreación.

Fueron los segundos baƱos pĆŗblicos mĆ”s grandes construidos en la Antigua Roma y contaban con piscinas, patios de ejercicio, un patio, salas de vapor, bibliotecas, salas de reuniones, fuentes y otros servicios, todo ello rodeado por jardines. ​ Los espacios interiores estaban decorados con coloridos suelos de mĆ”rmol, columnas, mosaicos y estatuas colosales.

Caracalla tambiĆ©n erigió en el aƱo 212 un templo en el monte Quirinal dedicado a Serapis. Una inscripción fragmentaria encontrada en la iglesia de Sant' Agata dei Goti en Roma registra la construcción, o posiblemente la restauración, de un templo dedicado al dios Serapis. 

La inscripción lleva el nombre de Marcus Aurelius Antoninus, una referencia a Caracalla o a HeliogĆ”balo, pero mĆ”s probablemente al primero debido a su conocida y fuerte asociación con la deidad. 

En los alrededores del monte Quirinal tambiƩn se encontraron otras dos inscripciones dedicadas a Serapis, asƭ como un cocodrilo de granito similar al descubierto en el Iseum et Serapeum de Alejandrƭa.

Su polĆ­tica militar

Durante su reinado como emperador, Caracalla aumentó la paga anual de un legionario medio, que era de 2.000 sestercios [5], es decir, unos 500 denarios [6] a entre 2.700 y 3.000 sestercios unos 675-750 denarios. 

Prodigó muchos beneficios al ejĆ©rcito, al que temĆ­a y iraba a la vez, de acuerdo con el consejo dado por su padre en su lecho de muerte de atender siempre al bienestar de los soldados e ignorar a todos los demĆ”s. 

El arco de triunfo del emperador Caracalla en Volubilis en Marruecos.
El arco de triunfo del emperador Caracalla en Volubilis en Marruecos.

Caracalla necesitaba ganarse y mantener la confianza de los militares, y lo hizo con generosos aumentos de sueldo y gestos populares. Pasó gran parte de su tiempo con los soldados, hasta el punto de que empezó a imitar su vestimenta y a adoptar sus formas.

Cuando Caracalla terminó su campaña contra los alamanes, se hizo evidente que estaba excesivamente interesado por Alejandro Magno, a quien comenzó a imitar abiertamente en su estilo personal.

Incluso al planificar su invasión del Imperio parto, y tambiĆ©n decidió organizar a diecisĆ©is mil de sus hombres en falanges al estilo macedonio, a pesar de que el ejĆ©rcito habĆ­a hecho de esta formación una tĆ”ctica obsoleta. 

El historiador Christopher Matthew menciona que el tĆ©rmino tiene dos posibles significados, ambos con connotaciones militares: 

  • El primero se refiere simplemente a la lĆ­nea de batalla romana y no significa especĆ­ficamente que los hombres estuvieran armados con picas. 
  • El segundo guarda similitud con las mulas marianas de finales de la RepĆŗblica romana, que llevaban su equipo suspendido de una larga pĆ©rtiga, que estuvieron en uso al menos hasta el siglo ii d. C.

En consecuencia, los phalangarii de la Legio II Parthica pudieron no haber sido piqueros, sino tropas de lĆ­nea de batalla estĆ”ndar o posiblemente triarios. 

La manĆ­a de Caracalla por Alejandro llegó a tal punto que visitó AlejandrĆ­a mientras preparaba su invasión persa y persiguió a los filósofos de la escuela aristotĆ©lica basĆ”ndose en la leyenda de que Aristóteles habĆ­a envenenado a Alejandro, lo que mostraba el comportamiento cada vez mĆ”s errĆ”tico de Caracalla.

LAS GUERRAS DE CARACALLA

El emperador Caracalla participó en dos importante guerras.

  1. Guerra alamana

Aproximadamente un aƱo despuĆ©s del asesinato de Geta en el aƱo 213, Caracalla abandonó Roma para no volver jamĆ”s. Se dirigió al norte, al limex germanicus, para enfrentarse a los alamanes, que era una confederación de tribus germĆ”nicas que lo habĆ­an atravesado en Recia. 

Durante la campaƱa de los aƱos 213 y 214, Caracalla derrotó con Ć©xito a algunas de las tribus alamanas y resolvió otras dificultades a travĆ©s de la diplomacia, aunque se desconoce exactamente con quiĆ©n se realizó estos tratados. 

Durante su estancia, Caracalla reforzó las fortificaciones fronterizas de Recia y Germania Superior, de forma que pudiesen resistir cualquier otra invasión bÔrbara durante otros veinte años.

  1. Guerra parta

Caracalla llevó a cabo una serie de ofensivas en el este contra Partia en el año 216, con la intención de poner mÔs territorio bajo el control directo de Roma. Ofreció al rey, Artabano IV de Partia una propuesta de matrimonio entre él y la hija del monarca.

Artabano rechazó la oferta, comprendiendo que la propuesta no era mĆ”s que un intento de colocar el reino de PartĆ­a bajo el control de Roma, ​ y en consecuencia, Caracalla aprovechó la oportunidad para iniciar una campaƱa contra este imperio. 

Ese verano, el emperador romano comenzó a atacar la campiña al este del río Tigris como parte de su campaña contra el Imperio Parto. En el invierno siguiente, Caracalla se retiró a Edesa y comenzó a hacer los preparativos para renovar la campaña en primavera.

SU FINAL

A principios del aƱo 217, Caracalla seguĆ­a instalado en Edesa antes de reanudar las hostilidades contra PartĆ­a. El ocho de abril del aƱo 217, el emperador estaba viajando para visitar un templo cerca de Carras, donde en el aƱo 53 a. C., los romanos sufrieron una derrota catastrófica a manos de los partos. 

Tras detenerse brevemente para orinar, Caracalla fue abordado por el soldado Julio Marcial, y apuƱalado hasta la muerte. Marcial estaba indignado por la negativa de Caracalla a ascenderle al rango de centurión, y el prefecto del petrorio, Macrino, sucesor del difunto emperador, vio la oportunidad de utilizar a este soldado para acabar con el reinado de Caracalla. 

Inmediatamente después de la muerte del emperador, su asesino, Marcial, fue, a su vez, ejecutado. Cuando Caracalla fue asesinado, Julia Domna estaba en Antioquía ordenando la correspondencia, por lo que optó por eliminar los mensajes sin importancia, para que cuando su hijo regresara no se viera sobrecargado de tareas. Tres días después, Macrino se proclamó emperador con el apoyo del ejército romano.

Caracalla no fue sometido a una adecuada damnatio memoriae despuĆ©s de su asesinato. El Senado no lo querĆ­a, su popularidad entre los militares impidió que Macrino y el Senado lo declararan abiertamente hostil. Macrino, en un esfuerzo por apaciguar al Senado, ordenó la retirada secreta de las estatuas de Caracalla de la vista de la población. 

Tras su muerte, el pĆŗblico hizo comparaciones entre Ć©l y otros emperadores condenados y pidió que se aboliera la carrera de caballos que celebraba su cumpleaƱos y que se fundieran las estatuas de oro y plata dedicadas a Ć©l. 

Sin embargo, estos hechos tuvieron un alcance limitado. La mayorĆ­a de los borrados de su nombre en las inscripciones fueron accidentales o se produjeron como resultado de la reutilización. Macrino hizo que Caracalla fuera deificado y conmemorado en las monedas como Divus Antoninus.

No parece que haya habido ninguna mutilación intencionada de Caracalla en las imÔgenes que se crearon durante su reinado como único emperador.

CARACALLA Y LOS HISTORIADORES

Caracalla es presentado en Dion Casio, Herodiano y la ā€œHistoria Augustaā€ como un tirano cruel y un gobernante salvaje, imagen que se ve reforzada por el asesinato de su hermano Geta y la posterior masacre de los partidarios de Ć©ste que ordenó. 

Las fuentes contemporĆ”neas presentan a Caracalla como un emperador soldado por su preferencia por la soldadesca frente a los senadores, una representación que le hizo aĆŗn menos popular entre los biógrafos senatoriales. 

Las catacumbas de Kom el-Shoqafa, donde se enterraron los caballos de Caracalla.
Las catacumbas de Kom el-Shoqafa, donde se enterraron los caballos de Caracalla.

Dion Casio presentó explĆ­citamente a Caracalla como un emperador que marchaba con los soldados y se comportaba como uno de ellos. Este historiador se refirió a menudo a los grandes gastos militares que el emperador realizaba y a los subsiguientes problemas financieros que esto provocaba. Estos rasgos dominan la imagen de Caracalla en la literatura clĆ”sica conservada. 

Las termas de Caracalla se presentan en la literatura clÔsica como de una escala sin precedentes, e imposibles de construir si no fuera por el uso del hormigón armado. Sin embargo, el Edicto de Caracalla, promulgado en el año 212, pasa casi desapercibido en los registros clÔsicos.

La ā€œHistoria Augustaā€ es considerada por los historiadores como el relato menos fiable en cuanto a acontecimientos, historiografĆ­a y biografĆ­as entre las obras antiguas y estĆ” llena de materiales y fuentes fabricadas.

Las obras de Herodiano de AntioquĆ­a son, en comparación, mucho menos fantĆ”sticas que los relatos presentados por la ā€œHistoria Augustaā€. El historiador Andrew G. Scott sugiere que la obra de Dion Casio se considera con frecuencia la mejor fuente para este periodo. 

El arco de Caracalla en DjƩmila en Argelia.
El arco de Caracalla en DjƩmila en Argelia.

Sin embargo, la historiadora Clare Rowan cuestiona la exactitud de este autor sobre Caracalla, refiriĆ©ndose a que mantiene una actitud hostil hacia Ć©ste y, por tanto, debe ser tratada con precaución. 

Un ejemplo de esta hostilidad se encuentra en una sección en la que Dion Casio seƱala, que Caracalla desciende de tres razas diferentes y que logró combinar todos sus defectos en una sola persona: la inconstancia, la cobardĆ­a y la imprudencia de los galos, la crueldad y la dureza de los africanos y la astucia que se asociaba con los sirios. 

A pesar de ello, Rowan sostiene que el esquema de los acontecimientos presentado por Dion es, generalmente, preciso, mientras que las motivaciones que sugiere el historiador son de origen cuestionable. 

Un ejemplo de ello es su presentación del Edicto de Caracalla. El motivo que Dion atribuye a este acontecimiento es el deseo de Caracalla de aumentar los ingresos fiscales. Sin embargo, esto es puesto en duda por los historiadores Olivier Hekster, Nicholas Zair y Rowan, debido a que la mayorĆ­a de las personas a las que el Edicto concedió la ciudadanĆ­a eran pobres. 

En su obra, Rowan también describe la representación que Herodiano hace de Caracalla, mÔs parecida a un soldado que a un emperador.

La memoria de Caracalla fue revivida en el arte de los pintores ses de finales del siglo xviii. Su carrera tirĆ”nica se convirtió en el tema de la obra de varios de estos artistas. Su fascinación por Caracalla era un reflejo del creciente descontento del pueblo francĆ©s con la monarquĆ­a. 

La visibilidad de Caracalla se vio influida por la existencia de varias fuentes literarias en francĆ©s que incluĆ­an tanto traducciones de obras antiguas como obras contemporĆ”neas de la Ć©poca. 

Geta muriendo en los brazos de su madre, por Jacques-Augustin-Catherine Pajou.
Geta muriendo en los brazos de su madre, por Jacques-Augustin-Catherine Pajou.

La imagen del emperador fue fĆ”cilmente accesible para los pintores debido al estilo distintivo de su retrato y a su inusual elección de moda militar que lo distinguĆ­a de otros emperadores. 

La historiadora del arte, Susan Wood, sugiere que esta reforma era para que la monarquĆ­a absoluta se convirtiera en una monarquĆ­a constitucional, segĆŗn el objetivo original de la revolución, en lugar de la repĆŗblica en la que finalmente se convirtió. 

Wood tambiĆ©n seƱala la similitud entre Caracalla y sus crĆ­menes que condujeron a su asesinato y el eventual levantamiento contra el rey Luis XVI y su muerte: ambos gobernantes murieron como resultado de su aparente tiranĆ­a.

Caracalla ha tenido fama de ser uno de los peores emperadores romanos, percepción que sobrevive incluso en las obras modernas. El historiador de arte y lingüística John Agnew y el escritor Walter Bidwell describen a Caracalla como poseedor de un espĆ­ritu maligno, en referencia a la devastación que provocó en AlejandrĆ­a. 

El emperador caracalla de joven.
El emperador caracalla de joven.

El historiador romano David Magie describe a Caracalla, en el libro ā€œRoman Rule in Asia Minorā€, como brutal y tirĆ”nico y apunta a la psicopatĆ­a como explicación de su comportamiento. 

El historiador Clifford Ando apoya esta descripción, sugiriendo que el gobierno de Caracalla como único emperador es notable casi exclusivamente por sus crímenes de robo, masacre y mala istración.

Esta representación es puesta en duda por Para el historiador el historiador Shamus Sillar, cita la construcción de calzadas y el refuerzo de fortificaciones en las provincias occidentales. 

Los profesores de historia Molefi Asante y Shaza Ismail seƱalan que a Caracalla se le conoce por el carĆ”cter vergonzoso de su gobierno, afirmando que ā€œmontó el caballo del poder hasta que estuvo a punto de morir de agotamientoā€. Aunque su gobierno fue corto, su vida, su personalidad y sus actos lo convirtieron en una figura notable, aunque probablemente no beneficiosa, del Imperio romano.


BIBLIOGRAFƍA

Ando, Clifford ā€œImperial Rome AD 193 to 284: The Critical Centuryā€. 2012. Edinburgh University Press. 
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[1] Los arvales o hermanos arvales  fueron una cofradĆ­a sacerdotal romana cuyos orĆ­genes remontaban a la Ć©poca de la fundación de la ciudad (siglo VIII a. C.). Estuvo compuesta inicialmente por doce flamines consagrados al culto de Dea Dia, divinidad romana arcaica protectora de la agricultura y las cosechas, mĆ”s tarde identificada con la diosa Ceres. Etimológicamente, la voz Ā«arvalĀ» derivaba de arvum o aruum que quiere decir tierra trabajada.
[2] Era una prĆ”ctica de la antigua Roma consistente en, como su propio nombre indica, condenar el recuerdo de un enemigo del Estado tras su muerte. Cuando el Senado romano decretaba oficialmente la damnatio memoriae, se procedĆ­a a eliminar todo cuanto recordara al condenado: imĆ”genes, monumentos, inscripciones, e incluso se llegaba a la prohibición de usar su nombre. Muchos emperadores tambiĆ©n se vieron afectados por esta prĆ”ctica.
[3] Era una deidad sincrĆ©tica greco-egipcia a la que Ptolomeo I declaró patrón de AlejandrĆ­a y dios oficial de Egipto y Grecia con el propósito de vincular culturalmente a los dos pueblos.
[4] Es una instalación industrial en donde se funde, fabrican y acuƱan monedas. El tĆ©rmino ceca, es una palabra anticuada segĆŗn la RAE y denominaba a un establecimiento oficial donde se fabricaba o emitĆ­a moneda.
[5] Es una antigua moneda romana de plata, cuyo valor equivalĆ­a a un cuarto de denario, a la centĆ©sima parte de un Ć”ureo, y a dos ases y medio. SolĆ­a ir marcado con las letras LLS (duae librae et semis(, 
[6] Fue una antigua denominación romana de plata​ acuƱada aproximadamente entre los aƱos268 a. C. y 360. Su valor inicial equivalĆ­a a diez ases, de ahĆ­ su nombre y su sĆ­mbolo X. TambiĆ©n era equivalente a dos quinarios (medios denarios), cuatro sestercios (cuartos de denario), veinte semises (medio as) y cuarenta cuadrantes (cuartos de as). A principios del siglo I se estableció al denario como una veinticincoava parte de un Ć”ureo.

Marco Aurelio Antonino Caracalla, las contradicciones y crueldades de un guerrero